Llegados a una
edad, pasados los taitantos podríamos decir, todos esos conocidos y familiares
no muy cercanos de alma caritativa, espíritu simpático y con consejos gratuitos
que nadie les pide, pero igualmente los dan. Y ya cuando sueltan las frases
típicas de las cuales pasas tres kilos, pero sino las escupen…les daría un ayayay:
Oye “¿no tienes novio?”, ¿qué, no hay nadie en tu vida?”. Cuando ya la tienes:
“y ¿para cuándo los niños?”, una vez que estás aclimatándote a la experiencia
de ser padres: “¿qué para cuando el segundo?”. Y llega un momento en el que tus
neuronas están cortocircuitando porque es tu vida, sabes lo que quieres, haces
lo que quieres, pero siempre hay alguien que te “pone a prueba” sin tener
porque hacerlo. Entonces, respiras hondo y piensas en algo agradable para no
soltarle una burrada a ese alguien que no ves en años y que de repente te has
encontrado queriendo saber lo que no le importa. Eso sí respondiendo ante todo
educadamente y diplomáticamente porque no es plan de soltar sapos y culebras
por la boca, cosa que harás en el coche, en tu casa, etc.
Pero llega un
momento en la vida en el que da igual la edad que tengas y con quien te
encuentres por la vida porque has encontrado a esa persona con la que realmente
te sientes a gusto, estás feliz, contento, enamorado, ….., y lo demás importa
un carajo. No es que el resto de tu vida deje de tener importancia o la dejes
de lleno, pero en cierto modo pasa a un segundo plano. Ves las cosas desde otra
perspectiva distinta. No importa como os conocisteis, ni dónde, estáis en la
misma onda y vais al mismo ritmo. Es ESA COSA LLAMADA “TIMING”, término que
ignorabas hasta que encuentras a alguien que se adapta a tus expectativas sin
esperarlo y todo va sobre ruedas.
En el momento
justo encuentras a ese alguien que no sabrías si encontrarías en alguna etapa
de la vida o no y que de repente está ahí sin más. Y resulta que encajáis a las
mil maravillas, dos engranajes perfectos, acoplados. Vivís el momento. Disfrutáis del día a día, de cada instante,...al fin llegó la persona que estabas esperando desde hace tiempo o simplemente te negabas a ello pero que apareció sin esperarlo.
C.A.C.