lunes, 9 de febrero de 2009
MEDIOCRIDAD COMO VALOR EN ALZA
De un tiempo a esta parte, vengo observando que parece que los valores que antes eran un plus a la hora de desenvolverse en la vida, actualmente han caido en el olvido, o en desuso para dar paso a otros "pseudo valores", que son los imperantes.Me refiero en concreto a la mediocridad como valor en alza: lo vemos a diario en todos los aspectos de la vida, en la vida politica, no llega a lo más alto el político más brillante, sino el que más contactos tiene y es menos incómodo para la clase dominante, sea del color político que sea.
En los trabajos no es el jefe el más preparado y capaz, sino el más dócil y sibilino, capaz de meterse en el bolsillo a los superiores con sus artes zalameras.
En las relaciones personales tres cuartos de lo mismo,si eres una mujer capaz y con personalidad te costará más trabajo encontrar pareja, que si eres del montón, mediocre y a ser posible no muy inteligente, vaya a ser que puedas hacer sentir incómodo o inseguro al partenaire de turno.
Si destacas en un trabajo por tu capacidad o buen hacer, pronto te granjearás las antipatías de algunos conpañeros, que te verán como una amenaza a la hora de ascensos o reconocimientos, y se encargarán de ponerte la zancadilla, en vez de fijarse en lo que a ellos les falta para aprender y ser más competentes.
A lo mejor , todo esto ocurre porque vivimos en un país donde el pecado capital es LA ENVIDIA, y el que es un poco distinto o simplemente brillante no solo no se ve reconocido sino que además es posible que encuentre más obstáculos para poder mejorar o ascender en la empresa privada( que conste que lo de brillante no lo digo por mi, es sólo algo que observo a diario en el día a día).Conozco casos a montones , por desgracia de compañeros de carrera muy capaces y brillantes que se encuentran en trabajos de poca cualificación , mientras otras menos brillantes e inteligentes, por ser hijos de tal, o haber tenido lo que llamamos factor suerte , viven estupendamente.
Se que la vida no es JUSTA ni te da lo que mereces, y a pesar de CREER FIRMENTE en el ESFUERZO y la CONSTANCIA como garantías del éxito futuro, a veces no puedo evitar caer en el desánimo y pensar que para qué tanto esfuerzo, si luego caer en terreno baldío...en fin.Posiblemente, todo llega... y sólo es cuestión de PERSEVERANCIA Y CONSTANCIA, pero que trabajito cuesta a veces CREER en el SER HUMANO.
E.G.
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Lo que describes en este post lo llevo observando varios años.
ResponderEliminarSi por LA ENVIDIA pecado capital de verdad se pagara casi el 100% de los españolitos que se creen más papistas que el Papa estarían ya quemándose en las hogueras.
Por desgracia hoy en día sino eres hijo de, conoces a alguien (un buen padrino) o eres sibilino no te comes ni un colín, ni un rosco ni un simple donete. Ni la vida es todo lo JUSTA que debería de ser o al menos no vivimos lo suficiente para ver cumplida parte de esa tan ansiada justicia.
En teoría todo llega, todo cae por su propio peso y el que la sigue la consigue pero hasta entonces como bien dices PERSEVERANCIA Y CONSTANCIA serán las únicas armas con las que llegar a algún lado.
No podría estar más de acuerdo... es para llorar, la mediocridad es la reina de las actitudes, de las aptitudes y árbitro de las relaciones sociales y humanas de cualquier tipo. Como decía un conocido mío, vivimos en la 'dictadura de los catetos'
ResponderEliminarEs verdad que si eres una mujer capaz y con personalidad te costará encontrar pareja, pero me temo que eso es válido para nosotros también. La mediocridad está intimamente asociada a la educación asi que independientemente de tu sexo, la regla básica para todo y todos hoy es que si te sales del estandar y utilizas digamos, un vocabulario de más de 250 palabras y lanzas ideas "complejas" la etiqueta inmediata es que eres un pedorro listillo y además un enemigo potencial. No sé, es como si pusieran un examen y quien lo supere ¡suspende! No imaginais simplemente como entre tíos te pueden llegar a mirar cada vez que digo "no me gusta el fútbol..." no sabeis la de puertas sociales y hasta laborales que puede llegar a cerrar algo tan increíblemente estúpido, porque automáticamente, ya eres oficialmente el raro.
Quizás este es el tema que me tiene más quemado en los últimos años y es desgraciadamente cada vez más, tema recurrente de conversación. Lo que realmente me cabrea es que como resultado y luchando como puedo contra ello, cada vez soy más pesimista, antisocial y a ratos triste. No sé si soy yo... pero me da que ya la gente evita hasta mirarse a los ojos, aunque ese es otro tema para hablar largo. Desde luego a poco que te muevas comprendes que la mediocridad es un mal en alza en todo occidente, pero tal y como dices, en este país nuestro donde la envidia es la reina, es mucho más grave y evidente sobre todo en lo laboral y muy, muy a mi pesar, cuanto más al sur peor.
Os recomiendo por si no lo conoceis un antiguo librito de esos que se leen en un ratito en la playa y te echas unas risas aunque sea muy en serio en el fondo: Pino Aprile. ELOGIO DEL IMBÉCIL (o el imparable ascenso de la estupidez). Un capítulo concreto (os juro no tiene desperdicio) está dedicado a explicar por qué todo puesto de responsabilidad está destinado a ser ocupado por un mediocre.
C
Yo, en este caso, tengo el punto de vista desde ambos lados.
ResponderEliminarHe sido testigo tanto del triunfo de la mediocridad (siempre propugnado entre mediocres, evidentemente) en algunas ocasiones, perjudicándome a mí, y también he vivido la experiencia de ser señalada por otros con cara de pocos amigos por "ser hija de fulanito" en mi propio trabajo.
En el primero de los lados, como observadora, no me es ajena la dinámica actual de este país, que a veces se parece más a sus primo-hermanos sudamericanos que a sus nuevos parientes "por afinidad" de Europa. En España se practica sin ton ni son el deporte de la untadera, la corrupción oculta, el enchufismo (me uno a la opinión de Cucho cuando dice "cuanto más al Sur, peor", porque es así, desgraciadamente), la filosofía del escaqueo, del tonto el último y del trabajar lo mínimo porque si me paso de competente me van a decir "¿de qué vas?¿te crees que vas a heredar el negocio?¿te crees que vas a heredar la Junta de Andalucía?" -para el caso de funcionarios por ejemplo-, o me van a acabar dando a mí todos los muertos y marrones, dado que el resto se declara tácitamente "incompetente" con sus torpezas y demás excusas (totalmente premeditadas).
Lo triste es que esas actitudes (que algún romántico incompetente, por supuesto, denominaría "picaresca de este país"), traen origen en una falta de civismo, de principios y de respeto hacia los demás, de falta de consideración del bien común y de la anteposición del bien individual ante todo, contra todo, sobre todo y ante quien sea, contra quien sea y "sobre quien sea".
Más triste aún es que por la misma causa, los comportamientos mediocres y egoístas también se llevan al campo de las relaciones sociales, de las amistades y (jo, qué triste), de las relaciones de pareja.
Para erradicar la mediocridad de la mayoría de la sociedad, tendría que suceder una revolución tal en las bases de la educación, de la cultura y del propio orden social de las comunidades donde más se dan estos deplorables comportamientos (empezando porque la gente se reprochara unos a otros el ser mediocres y no darnos palmaditas en la espalda por ser unos "listillos"), que lo veo imposible. Más bien preveo que la sociedad de nuestro país tiende a una individualidad y egocentrismo cada vez mayores.
Desde el otro lado, ser la "hija de fulano" me ha supuesto tener que esforzarme (en mi caso) el doble o el triple que otros de igual rango o escalafón profesional, para tener lo mismo que otros que no eran "hijos de tal".
Ser hijo o pariente de alguien está claro que te puede facilitar el acceso a un trabajo, desde luego, yo apoyo a cualquiera que tenga esa oportunidad y es más, recomiendo que, si uno quiere estabilidad, trate de guiar sus pasos profesionales hacia los negocios familiares. Y una vez ganada esa estabilidad, entonces la tome como punto de partida para tratar de dar el salto a otra cosa que sea su verdadera vocación. Siempre que se pueda claro. No quiero decir que si tu padre es sexador de pollos y vomitas cada vez que ves un pollo, te tengas que meter en eso.
Lo que sí está claro es que uno tiene que tratar de ser imparcial e independiente, sincero con uno mismo, y sacarse todo el partido que pueda, uno puede hacer lo que se proponga, siendo consciente de sus limitaciones y de sus puntos fuertes.
No todo ni todos están podridos. Pero es cierto que cuesta encontrar limpieza, cada vez más, en la sociedad y en algunas personas en particular.