Hace poco vi un capítulo de una de mis comedias favoritas (Cómo conocí a vuestra madre), y en él, el protagonista un chico de mi edad (su personaje es del 78, como yo) hablaba de que a los 20 años, las citas son fáciles y sencillas, pero que a los 30, todos arrastramos un pasado sentimiental, o mejor dicho una "carga sentimental". En la serie resultaba simpático y descriptivo ver como en distintas citas con diferentes chicas al hablar dejaban ver su "carga personal", su bagaje, y dicha carga era representada en forma de maleta o baul de grandes dimensiones, como el equipaje que cada uno arrastra muy a su pesar (ahí me di cuenta del más que posible origen compartido entre "bagaje" y "baggage").
El protagonista, iba de esta forma desechando chicas, creyendo que él estaba limpio y libre de cargas, hasta que se dio cuenta que no, que le habían roto el corazón de diferentes maneras y que algunas de aquellas rupturas le habían generado un "equipaje" con el que debía cargar.
Mi reflexión es que efectivamente pasada la cifra redonda de los 30 (algunos antes) el que más y el que menos tenemos unos "bártulos sentimentales" que vamos arrastrando, y hay que tratar de conseguir desembarazarnos del mayor número de ellos.
Hay algunos a los que resulta más complicado darles la patada, porque nos marcan más, así por ejemplo, si te han engañado, si te han plantado antes de la boda, o te han hecho sabe Dios que despropósito, por muchos que lo intentes, esa maleta siempre te acompañará. Lo más practico es asumirla y aprender a convivir con ella, ponerle unas ruedas, un mango largo y arrastrarla lo más cómodamente posible... quien sabe, a lo mejor dentro de 10 años cuando esté desgastada eres capaz de dejarla abandonada en cualquier esquina.
Pero claro, nadie está libre de carga, si llega un día que conoces a alguien que te interesa, al poco descubriras su equipaje y tendrás que valorar si serás capaz de sobrellevarlo, porque supongo que habrá equipajes... y equipajes...
Lo que sí chicas, tengamos cuidado y no pretendamos arrastrar en nuestro equipaje a "pamplinas" que no llegaron ni a la categoría de "bolso de viaje", que ya bastante tenemos con lo que llevamos cada una.
Besitos.
E.M.
Te doy la razón en parte, si bien enfocas sólo el aspecto negativo del bagaje. Como en la vida y en el trabajo, las cosas que vivimos son las que nos van haciendo y formando nuestro caracter, tanto para bien como para mal. Incluso en el mundo laboral se valora mucho el bagaje ya que es la dichosa experiencia que siempre se pide al candidato.
ResponderEliminarPues bien, en el terreno sentimental también hay experiencias buenas y malas. No creo que nadie pueda decir que con 20 años lo sabe todo del amor y con los años uno va sabiendo mejor lo que quiere y eso no creo que sea malo ni fruto de una losa sobre la espalda de uno.
Lo que tu puedes llamar "carga", otro lo podría interpretar como "prudencia".
Eso sí, como bien dices, hay que tener la precaución de no entrar en la paranoia y ver sólo los aspectos negativos de tal forma que sólo ves las cargas.
Además hay una regla de oro que siempre he dicho, para cada maceta siempre hay un tiesto, al menos uno.
Me ha encantado tu descripción del bagaje tocaya, pero estoy de acuerdo con GUARDIOLA en que las experiencias no sólo son una carga, sino a veces también una ventaja, a la hora de identificar posibles situaciones o personas que saben que no te harán feliz, y aprendes a discernir entre lo que te aporta y lo que no, por lo que rompo una lanza en favor del bagaje porque como siempre digo, LO IMPORTANTE ES PARTICIPAR, aunqe no se gane, los buenos recuerdos ya no hay quien te los quite.
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