* El primero de ellos que habla sobre “DrugFacts: Medicamentos
estimulantes para el trastorno de déficit de atención con hiperactividad
(TDAH): el metilfenidato y las anfetaminas”. Han estudiado la situación
de dos millones de niños estadounidenses, medicados con derivados de las
anfetaminas. Hiperactividad, déficit de atención... Los padres parecen
ansiosos por diagnosticar a sus hijos alguno de estos trastornos para que
reciban las píldoras milagrosas.
De hecho
salían los testimonios de varios jóvenes (adolescentes y universitarios) que
llevaban varios años medicados para tratar la hiperactividad. No es de extrañar
ya que la ciencia avanza y cada vez más hay enfermedades y/o síndromes etc. que
antes no tenían cura y que con medicamentos ayuden a sobrellevarlos paliando los efectos de dicha enfermedad.
Y hasta aquí
todo normal pero no es eso exactamente lo que me llamó la atención sino que
tanto los padres como los hijos veían como algo normal el medicarse, sino eran
los padres los que llevaban a sus hijos al médico para que le recetasen las
pastillas bien eran los hijos quienes pedían a los padres para que les llevaran
y casi ya no sólo por el hecho de sufrir hiperactividad sino por el simple
hecho de que alguien los marginasen por sufrir ciertos trastornos o que sino te
medicas no estás en la onda como que el medicarse era algo de lo más normal
tengas o no un trastorno de déficit de atención o al menos es la sensación que
me dio al leerlo. También hay que tener en cuenta que muchas veces de los
estimulantes se abusan para “mejorar el rendimiento” o por razones recreativas,
por ejemplo, “para entrar en onda” (como he mencionado antes. La adicción a los
estimulantes debe ser tomada en cuenta por toda persona que los toma sin
supervisión médica. Es más probable que la adicción ocurra porque los
estimulantes, cuando se toman en dosis y por vías diferentes a las prescritas
por el médico, inducen una elevación rápida de la dopamina en el cerebro.
* Y el segundo de ellos sobre el fenómeno llamado “Crowfunding” el cual parece estar avanzando a pasos agigantados
y que el cual de ellos empieza de la siguiente manera (http://www.hoymujer.com/Hoy/ocio-hoy/Crowfunding-mecenas-digital-681323052012.html):
¿Tienes una idea y ningún dinero para invertir? Pide que
otros crean en ti y lo demuestren con pequeñas aportaciones on line. Las
plataformas de financiación colectiva ya son una realidad. En épocas de crisis, la
creatividad busca nuevos caminos. Y uno de los que están haciendo furor es el "crowdfunding",
un sistema de captación de fondos, a través de pequeños donativos en las redes
sociales que ya ha logrado hacer realidad documentales,
espectáculos e iniciativas solidarias.
Mirando
en la Wikipedia la definición sería la siguiente: Financiación en masa
(del inglés crowdfunding), también
denominada financiación colectiva, microfinanciación colectiva, y
micromecenazgo, es la cooperación colectiva, llevada a cabo por personas
que realizan una red para conseguir dinero u otros recursos, se suele utilizar Internet para
financiar esfuerzos e iniciativas de otras personas u organizaciones.
Crowdfunding puede ser usado para muchos propósitos, desde artistas buscando
apoyo de sus seguidores, campañas políticas, financiación del nacimiento de
compañías o pequeños negocios.
De
hecho creo que este fenómeno lo conocía aunque no sabía que se llamase así.
Para que luego digan que las nuevas tecnologías no ayudan. Además de gente que
se le ocurran ideas así y el fenómeno crezca y triunfe.
C.A.C.
Muy interesante e ilustrativo. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarEl primer artículo que comentas me recuerda a una situación que viví hace ya unos años, cuando por circunstancias de la vida conocí a una mujer venezolana de unos 40 años por aquel entonces, con dos hijos pequeños, de unos 6 y 8 años. Estaban de visita en Málaga, eran parientes de un amigo mío. Pues bien: tuve la ocasión de ver la ingente cantidad de pastillas de vitaminas y estimulantes que esta persona tomaba cada día. A los hijos no sé si le suministraba también complementos vitamínicos en pastillas, pero ella desde luego, no salia de casa sin deglutir algunas vitaminas. Según me contó mi amigo, es muy común que la gente de "clase media" (en Caracas más bien clase alta) haga esto continuamente. Tienen la cultura de las vitaminas muy arraigada, al parecer, por influencia de los U.S.A. Creo que en España no somos tan fanáticos de las vitaminas.
También me dijo en una ocasión un amigo, cuyos padres son médicos, que realmente nuestro organismo no necesita de complementos vitamínicos, que todo lo que comemos, si comemos adecuadamente, nos aporta lo necesario, pues en nuestra sociedad -afortunadamente para nosotros- tenemos acceso a toda la variedad de la pirámide alimenticia.
Y en cuanto al segundo artículo, me ha parecido realmente útil para quienes no conocíamos este nuevo sistema de recaudar fondos para una causa, proyecto artístico o empresarial.
Pues sí que ha dado de sí la revista, fíjate.