MARTES 16 DE JUNIO DE 2009.
(http://www.diariosur.es/20090616/sociedad/vida-dieciseis-20090616.html).
La polémica generada por la nueva ley del aborto ha puesto en evidencia los dilemas sobre cuál es la mayoría de edad más adecuada.
Dice la letra de la canción «quince años tiene mi amor», pero no menciona los 16. Esos los deja en manos de la legislación porque son otro cantar. Según las leyes españolas, una adolescente de esa edad es una persona inmadura para conducir un coche, ponerse un 'piercing' y votar, pero no lo es para mantener relaciones sexuales consentidas, casarse -aunque nada de celebrarlo con una copa de cava-, dejar de estudiar, hacer una excursión en horario escolar y, al amparo de la futura ley del aborto, interrumpir la gestación sin que sus padres vayan a enterarse. Tan mujer para unas cosas y tan niña para otras.
Así es el juego de mayorías de edad que prolifera en las leyes españolas. Por eso muchos se preguntan estos días si la cabeza de una chica de 16 años está lo suficientemente amueblada para asumir ella sola decisiones de gran calibre como no seguir con su embarazo no deseado. Se cuestiona su competencia ética para decidir y con ello, cómo y quién la valora: ¿los padres, un médico o un juez?
Ideas contrapuestas
La única certeza compartida en un tema tan prolífico en dudas es que cada adolescente es un mundo. El problema es que hay que legislar para la mayoría, y a partir de aquí comienzan las discrepancias. Uno de los ejemplos más claros lo ofrece la propia ministra de Sanidad y Política Social. Aunque no tiene hijos, Trinidad Jiménez asegura compartir sin ambages «todos los criterios» incluidos en la elaboración de la nueva ley; sin embargo, si se le presentara el caso, dijo: «Fracasaría como madre si mi hija no me dijera que va a abortar».
Y como ella, tiemblan muchos padres y no padres. Muchísimos. Hace unos días, varios periódicos publicaban sondeos de opinión que mostraban sin excepción el rechazo mayoritario de la sociedad -seis de cada diez españoles- a que las jóvenes de 16 y 17 años pasen por un quirófano para abortar sin contar con el consejo, apoyo y opinión de sus progenitores. Un jarro de agua fría para el proyecto de ley del Gobierno socialista que en octubre llegará al Parlamento para su debate.
El psicólogo de
Lo que este investigador de
Lo cierto es que, en asuntos que tienen que ver con salud y seguridad, la ley española es cada vez más protectora y eleva la edad. Veamos cómo. Desde 2005, los menores de 18 no pueden comprar tabaco en España y desde 2006 tienen vetado acceder a bares especiales o discotecas, salvo las 'light' (con horario de seis de la tarde a diez de la noche). Si son sorprendidos consumiendo alcohol puede caerles una multa de 300 euros o más. Además, en septiembre de 2008 se modificó el reglamento general de conductores de modo que, a partir de 2010, para pilotar ciclomotores habrá que tener 15 años y no 14. Por el contrario, en asuntos relacionados con la autonomía sexual, la legislación enfrenta a los menores antes al Código Penal. Así, y aunque el Gobierno aprobó en febrero una reforma para subirla, la edad legal de consentimiento para relaciones sexuales sigue estando en los 13 años.
La vara de medir
¿Cómo establecen los legisladores la mejor mayoría de edad para elaborar las normas que incumben a menores? En principio, la gradación de los límites se fija «en función de la capacidad de obrar del menor».
«El Derecho trata a los menores de forma desigual e incoherente en muchas ocasiones. Se pasa de la sobreprotección al descuido. Interesa hacer una revisión, adaptar la ley a los nuevos tiempos y a cada caso», advierte el juez de menores de Granada Emilio Calatayud, conocido por sus condenas ejemplares a menores.
Secunda este argumento Altamira Gonzalo, al frente de
Y ese destino se puede cambiar, por ejemplo, con una operación de cirugía estética. En Andalucía,
Se trata de un asunto que afecta cada vez a más familias. Según los cálculos de
A favor y en contra
Esta polémica no difiere demasiado de la suscitada con la reforma de
Aunque muchos no piensan como él. «Dejando actuar libremente a una chica de 16 años en esa situación no se hará sino agrandar el error», apoya Javier Elzo, sociólogo autor de varios análisis sobre el mundo adolescente.
Carmen Ortiz, presidenta de
C. A. C.
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