Farrah Fawcett, que saltó a la fama en los 60 como protagonista de uno de los tríos televisivos más populares de la historia, Los Ángeles de Charlie, llegando a ser considerada un icono de la cultura pop y una verdadera sex symbol, ha fallecido tras batallar varios años frente a un cáncer.
Sin embargo, el estallido de su fama a nivel mundial comenzó en septiembre de 1976, cuando fue contratada por Aaron Spelling para interpretar el papel de Jill Monroe en la serie de televisión Los ángeles de Charlie, y posteriormente por su papel de Mau Saurid, en ¿Quién bailó ese vals conmigo?. La imagen de Farrah se convirtió en una de las más reproducidas a escala planetaria y la serie llegó a convertirse en un auténtico fenómeno sociológico. La actriz, pese a ello, decidió abandonar la serie tras la primera temporada, siendo sustituida por Cheryl Ladd. Como había firmado contrato con la productora de Spelling, al abandonar la serie fue demandada y perdió, lo que le obligó a participar en seis capítulos en temporadas posteriores; durante ese período su nombre apareció acreditado en la serie como Farrah Fawcett-Majors.
La fama alcanzada le facilitó la posibilidad de intentar triunfar en el mundo del cine. Sin embargo, y pese a protagonizar la película de ciencia-ficción Saturno 3, de Stanley Donen, junto a Kirk Douglas, su carrera cinematográfica no alcanzó las expectativas previstas. Su carrera en televisión, por el contrario, fue más constante, protagonizando decenas de telefilmes y series a lo largo de dos décadas, que le valieron hasta tres nominaciones a los Premios Emmy.
C. A. C.
Tanto lo de Michael como lo de esta actriz me dejan un amargo sabor de boca, porque al final, hagas lo que hagas, te vas a morir igual.
ResponderEliminarNo obstante, menos mal que hay gente que antes de irse deja un legado importante.
Se haga lo que se haga al final todo lo material se queda aquí sólo lo que hayas hecho podrá ser recordado, a nivel mundial, si eres famoso; y familiar, sino lo eres.
ResponderEliminarLo importante es saber disfrutar de ese instante que es la vida e intentar no hacer mal a nadie siendo fiel a los principios de cada uno.