El pasado jueves día 6, en nuestro periplo italiano, paramos de camino entre Venecia y Florencia, por Padua (Pádova para los italianos), allí nos encontramos con una ciudad pequeñita y encantadora, en la que gran parte de sus vecinos se mueven por la misma en bicicletas, algo que después hemos podido ver que no resulta exclusivo de Padua, y es que hay muchas ciudades preparadas con su carril bici.
Bueno pues en Padua, era obligatorio visitar la Basílica de San Antonio de Padua, un santo por lo que se ve muy milagroso a juzgar por la cantidad de ofrendas que allí nos encontramos; y cuya fama milagrosa viene sobre todo por ser una especie de Santo del Amor.
Hace ya bastantes años, mis padres estuvieron allí y mi madre le puso una vela a San Antonio pidiendo un novio para sus hijas, años más tarde, mi madre volvió para regañarlo por el novio que me había buscado.
Os diré que nosotras, aunque no seamos especialmente creyentes (yo la que menos de las dos), decidimos que ya que estabamos allí, no nos iba a hacer daño ponerle una vela al santo. Así que nos dispusimos a comprar una vela en la que englobaríamos nuestra petición común que nos incluiría a nosotras y vosotras. Viendo el mercado de velas existente en los puestecillos de la plaza de la Basílica, pudimos comprobar que deben existir casos muy desesperados, pues vendían cirios gigantéscos a 30€. Pero chicas como nosotras valemos mucho, decidimos que con una vela de 1€ para todas nos bastaba y nos sobraba.
Una vez entramos a la basílica y antes de dirgirnos a poner nuestra vela al santo, nos encontramos con que existe un libro de peticiones, en el que cada uno, le pide lo que quiera al santo. Así que ya puesto a que funcionase, pensé que las cosas mejor dejarla por escrito y puntualizarlo muy bien, que sino ya sabemos que nos manda los novios que nos manda.
En mi petición nos presentabamos ambas ante el santo y le pedíamos que nos encontrara a nosotras y a nuestras amigas un novio que nos durara mucho tiempo (mejor no poner siempre por si acaso) que fuera bueno, guapo, fiel (apostilla mía) y cariñoso , y que éste nos quisiera mucho (iba a poner con locura, pero como a veces el destino es muy literal con lo que pedimos si puede haber mala leche, decidi cambiarlo por mucho). Firmamos ambas la petición y nos dirijimos hacia la tumba del Santo.
Con nuestra vela en la mano, y nada con que encenderla, pensamos que no tendríamos problemas en encenderla con la llama de las que ya se encontraran encendidas, pero cuando llegamos no vimos ni una sola vela, hasta que descubrimos una caja de madera muy grande, con un cartel que indicaba que se depositaran allí las velas sin encender. Ciertamente, el instante perdió mucho encanto para nosotras, soltamos la vela entre las dos y formulamos mentalmente nuestro deseo.
Dimos una vuelta, tocamos la tumba del santo y luego Adri se acercó a ver las reliquias, entre las que se encontraba la lengua del santo, que uno piensa, si tan santo era, a que mente malvada se le ocurrió cortarle la lengua y meterla un una urna, en fin.
Mi reflexión, es que de todo hay merchandaising, y la iglesia y el amor no se iban a librar de ello.
Por si acaso la que crea, que rece a ver si se cumple nuestra petición, visto lo visto, ya nos va tocando que se cumpla.
Besitos a todas desde Italia.
Elena M
Me autoenglobo en vuestra pedida de novio a San Antonio, chicas! jaja
ResponderEliminarMe alegra que hayáis disfrutado el viaje, os lo merecíais las dos :)
Saludos y esperemos que se cumpla!!!
Besoossss