Estos días he estado silenciosa por varios motivos, el principal un virus en el ordenador que iba y venía (creo que por fin está erradicado), y luego por la infección de muelas tan horrible que he pasado, pero que ya parece que va remitiendo, aunque el dolor no se va del todo. Es algo muy característico en mí dejarme todas las "maluras" para cuando me voy de viaje. Me pasa desde pequeña y es una putada. He tomado tantos antibióticos que he pasado unos cuantos días bastante floja y desanimada, pero ya estoy casi, casi bien, aunque me duele un poco aún.
Lo que tengo que contaros hoy tiene que ver con una fiesta a la que fui ayer. Resulta que nos invitaron a una recepción que los profesores de aquí organizaron para el decano y vicedecano de la facultad de N. y C. en España, que han venido a dar conferencias y a pasar unos días, y que se organizó en una casa de 143 años (una cifra que pocos edificios de esta zona de EE.UU. alcanzan, según nos dijeron), y pertenece a uno de los profesores más importantes del Departamento.
Se trata de una propiedad preciosa, de la que no tengo fotos porque con tanto ambiente académico no pegaba ponerme a hacerlas, pero que, para que os hagáis una idea, tenía dos plantas, amplísimos ventanales con palillería y marcos de madera pintado en blanco, y paredes rosa palo, además de una chimenea gigante de madera también lacada en blanco, ubicada en mitad del salón. Por fuera tenía jardín y un porche con un columpio. En fin, una casa de revista, y de las que, te guste para ti o no esa decoración, reconoces que, oficialmente, es bonita.
En dicha recepción (que por cierto yo ayudé a preparar antes de que vinieran todos, ya os contaré por qué) hubo vino, chorizo, salchichón, queso del bueno, gambas y aceitunas, entre otras muchas cosas, pero menciono estas porque eran ESPAÑOLAS y no las tomo aquí. Y, además, tuve la oportunidad de hablar con varios profesores importantes, de quienes os daré detalles cuando llegue a casa.
De momento os adelanto que ya voy a escribir una pequeña entrevista para el periódico de la universidad, que voy a escribir y locutar una noticia para el telediario de Purdue, que voy a traducir algunas noticias del inglés al español, y que, si quiero, también puedo presentar. El problema es que no sé si voy a tener tiempo, porque el evento que tengo que cubrir es el día 24 y yo me voy el día 2, y no sé aquí cómo se organizan para editar, montar, etc.
En cuanto al tiempo, aquí ahora está lloviendo con ganas (aunque qué os voy a contar a vosotras, si Málaga se está convirtiendo en Galicia), pero llevábamos tres días con un solazo que no veas, y con 15 grados de los nuestros. Es decir, primavera total, que ha entrado de repente y ha traído la moda de ir disfrazado de medio invierno con chanclas de plástico de la playa (no sandalias, sino chanclas, notad la diferencia). Una costumbre que la mayoría de las estudiantes siguen, y que, en mi opinión, no quedaría tan mal si muchas de ellas se cuidaran un poco más las uñitas de los pies.
Por cierto, me reitero: para vestir a la americana solo tienes que sacar toda tu ropa y ponértela a a la vez.
Pues eso, chicas, que os echo de menos. Muuuuuuuuuucho de menos, cada día que pasa más. Y cada vez que le hablo a alguien de España le digo "deberías conocer a mis amigas. Si te vinieras con nosotras ya verías lo bien que te lo pasarías". Y es la verdad.
Espero que todas esteis bien. Os quiero mucho y no sé qué haría sin vosotras.
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