Por la vida se puede ir de dos maneras siendo agradable o desagradable, uno puede estar feliz , contento y alegre, o triste y apesadumbrado, pero con independencia de los estados de ánimo, en el trato con los demás, las cosas se pueden hacer con cortesía o con descortesía.
A mi personalmente me gusta relacionarme con los demás con una sonrisa en los labios, y es que yo le otorgo un valor importante a la sonrisa, a lo mejor los demás no, pero como yo sí se lo doy y no me cuesta trabajo ni dinero prefiero hacerlo de esta manera como un gesto de cortesía a los demás.
En el trabajo si tu trabajo es de atención al cliente la sonrisa y ser agradable es primordial y nada da peor imagen de un establecimiento que una dependienta o dependiente a tu requerimiento te conteste con voz de fastidio. Hace tiempo cuando mi trabajo era servir perritos calientes, a pesar de que a lo mejor no tuviese un día bueno, me plantaba mi sonrisa y mi amabilidad, porque si te comportas de esa manera, por un lado en la mayoría de ocasiones, te responderán de la misma manera y mejorará tu humor, y por otro aunque ese día no tengas ganas, el forzarte a sonreír al final te hace sentir un poquitito mejor.
Toda esta reflexión viene a cuento, porque cada vez más me cruzo con gente que en diferentes contexto son desagradables con los demás, no hablo de amigos o relaciones cercanas, hablo de ir a comprar el pan, del Mcdonalds o de alguien que te pregunta una dirección.
Yo hasta cuando me vienen a vender los dvds piratas o los collares de colores, o me paran para intentar afiliarme a una ong, prefiero decir un "no, gracias" con una sonrisa, evidentemente a veces es un fastidio que te interrumpan y que tengas que decir que no, pero hay que entender que hay personas que por no haber tenido tanta suerte como tu, o porque pasan por determinado momento en el que su único modo de ganarse la vida es ese, y no por ello merecen menos respeto.
En fin desde aquí aprovecho para reivindicar la SONRISA.
E.M.
Tienes toda la razón del mundo, cada vez más gente es incapaz de ser un "pelín" agradable con el resto. Ni mucho menos hace falta ser excesivamente alegre pareciendo falso ni tampoco ser desagrable.
ResponderEliminarUna sonrisa no vale nada, no cuesta nada y hace mucho más que cualquier otro gesto.
Ojalá más gente pensara así, es increíble el nivel y cantidad de caras con gesto antipático que tienes que ver en un solo día, ¿no os habeis dado cuenta que ya hasta se evita el contacto visual? la persona de la caja del súper te puede atender sin levantar la vista ni una sola vez... ¡que arte!
ResponderEliminarEs cansadísimo. A veces le das las gracias al camarero solo por haberte tomado la comanda y te mira con cara de alucinado. En los '80 hubo una campaña de publicidad que decía "Al turísmo, una sonrisa" que parecen haber sustituido en Torremolinos por "Al cliente, un ladrido y si es guiri, dos" Los pobres argentinos que viven aquí se quejan de lo poco amable que les parece la gente, no sin razón.
El problema como hombre es que si le sonrío a una mujer en la circunstancia que sea en la mayoría de los casos se interpreta como intento de ligoteo, asi que cual gestos a la japonesa, me he aprendido un repertorio de sonrisas más o menos secas o más o menos amables para que no me tomen por idiota o por ligón, pero me niego a renunciar a sonreir.
Aunque tenga que ser con la boca torcida y sintiéndome pelín tonto ¡lo seguiré haciendo!
Una sonrisa a tiempo puede ser un bálsamo de tranquilidad para alguien que llega a ti enfadado o angustiado.
ResponderEliminarSin embargo, también hay gente gilipuertas (afortunadamente una minoría) que te considera gilipollas por sonreirle y te mira como pensando "¿de qué se ríe la tonta esta?". Se me ha dado el caso.
De todas formas, es cierto que la gente en los últimos años se ha vuelto muy agresiva, exigente y enseguida pone mala cara ante cualquier contratiempo. Y sobre todo, independientemente de la sonrisa o no, reina la MALA EDUCACION. Constantemente se me da el caso de gente que saludo en el ascensor o al entrar y salir del portal del edificio en que trabajo, o al entrar y salir del gimnasio y NO me devuelven el saludo. Me quedo a cuadros, sinceramente. No sé si vivo rodeada de "búhos" vergonzosos o de gente maleducada. Probablemente, las dos cosas a la vez.
Estoy de acuerdo con la sonrisa. No hay nada más agradable que la obsequiosidad y que te traten bien cuando estás en algún lugar.
ResponderEliminarDe hecho, cuando trabajaba en el centro,iba siempre a una cafetería que me encantaba porque el camarero, Santi, te recibía ya a las 7.30 de la mañana con halagos y una energía imparable.
Besos y sonrisas para todos.
Por cierto, Cucho, ¿de dónde eres?
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ResponderEliminarUps, no sé que he hecho con la entrada de antes...
ResponderEliminarVivo en, y soy de Málaga Ana. Tienes razón, cuando voy de chiringuito me voy a uno de los de antes, de esos que el camarero te conoce, siempre te saludan al entrar aunque lleves meses sin ir y te atienden con guasa siempre que encarte y la verdad es que te hace la comida un rato genial...
Como en Cheers! "Where everybody knows your naaameeee".
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