miércoles, 20 de agosto de 2008

DUELE EL AMOR

Si algún día alguien inventa la fórmula que haga desaparecer el “dolor” del “amor”, tendrá la vida resuelta. Dolor y Amor parecen palabras contradictorias, , parecen antónimos, pero por experiencia, casi todos sabemos, que el amor cuando finaliza no lo hace con placidez, sino dolorosamente.

Mi último amor, acabó con tanto dolor, que llegué a sentir físicamente como mi corazón se “rajó” por la mitad, se que parece muy exagerado, dramático y digno de un novelón rosa, pero así lo viví yo en su momento.
Hoy ese corazón se encuentra sano, repuesto y palpitando a buen ritmo, pero por desgracia, las cicatrices se han quedado para siempre, y es que no es lo mismo un corazón intacto que uno cicatrizado. Mis cicatrices, Son ese “diablillo”, que a veces se posa sobre mi hombro y me dice “Elena, ten cuidado, no te enamores mucho… que después ya sabe lo que viene..”. Pero también tengo un “angelito”, que es mi corazón, y me dice “Déjame latir a mis anchas, quiero vivir el momento y amar sin contemplaciones, sin miedos”

Y es que hay días en mi vida, en los que me acuesto o me levanto más enamorada, mi corazoncito da un paso más, pienso en mi chico con una sonrisa en los labios, y me pongo tontita. Y es entonces cuando mis cicatrices (que son unas cabronas) se estiran y retuercen y me susurran: “psss, bonita, pisa el freno, que la próxima herida la queremos menos honda”.
La regla de tres parece pues sencilla, a mas amor, más dolor; y a menos amor, menos dolor.
La dicotomía que se plantea es, ¿qué elegir?, el riesgo de un mayor dolor, o un amor “aséptico”. La decisión parece sencilla ¡Viva el romanticismo! Ole, ole, ole!!!; pero no lo es, el miedo al dolor a veces te paraliza y trata de enfriarte los sentimientos, te asaltan las preguntas e inseguridades.

Peeeeroooo, por fortuna o por desgracia, yo Sí se lo que es “AMAR” con mayúsculas, y no creo que pueda conformarme con las minúsculas, a mí eso no me va a valer. Lo que sí voy a ser, es cautelosa, porque el “diablillo” está ahí, lo quiera o no, y me va a ir dando las mayúsculas una a una, con mucho cuidado, mi amor crecerá poco a poco, y es que ahora de vez en cuando, éste frena, mira a derecha e izquierda y valora los riesgos de atropello.
A los “ángeles” no se les puede hacer caso ciegamente, mi diablillo y yo, sabemos, que los “Ángeles” no son muy de fiar…

Elena M.

3 comentarios:

  1. Tener el corazón partío duele y dolerá siempre y como bien sabes se sale. Todo en esta vida pasa hasta el dolor más agudo de ese puñal que se clava en el corazón haciendolo resquebrajarse cuando se ha querido tanto.

    Esos angelillos y demonios (a veces llamados conciencia) o ser precavido estarán ahí para advertirnos, protegernos, . . pero siempre para indicarnos que hay que arriesgar (con precaución),ir sin pausas pero sin prisas, en definitiva, vivir la vida.

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  2. Sin entrar en demasiadas complejidades, quiero participar animándote a que no lo veas como un tema de "riesgo" sino simplemente de vivir el presente. Si superaste esa "extirpación" de corazón sin anestesia que te hizo aquel tipo, aunque todavía tengas algunos puntos frescos en la herida, tú misma sabes que superarías cualquier otro "accidente" de similares características. Partimos de la base de que el amor de pareja duradero, auténtico y feliz se da en pocas ocasiones, por la propia naturaleza del ser humano. Claro que se da, pero tienen que querer estar así de bien ambas personas. Y uno puede saber lo que quiere realmente en el momento presente, pero no puede vaticinar lo que querrá en el futuro al 100% (dado los cambios en el entorno y en la propia vida interior de uno) y tampoco puede adivinar lo que querrá o satisfará a nuestra pareja más adelante, con los vaivenes de la vida y las circunstacias que se le vayan presentado.
    Aunque pueden estimarse más o menos unos parámetros de seguridad, en el amor nunca, jamás, hay una garantía racional de que la pareja será feliz para siempre. La única verdad es que las dos personas se miran y en los ojos de uno y otro se ve claro y transparente lo que se siente en ese instante. A veces no hay que mirar los gestos o las costumbres, solamente callarse y sentir latir el corazón del otro mientras se está vivo y sano, saborear los buenos momentos y la juventud.
    Ningún tiempo dedicado a amar de verdad a alguien será tiempo perdido, pues a fin de cuentas, ¿quién es el que decide lo que es aprovechar o perder el tiempo, sino uno mismo?
    También tienes gente a tu lado, siempre, aparte de tu chico o tu pareja, que te apoyará tanto si esa relación prospera como si no. Seguramente serás un poquito más feliz si simplemente eres como siempre has sido, con tus manifestaciones de amor y tus expresiones de cariño. Si te gusta amar, te gusta estar enamorada y te gusta sentirte ilusionada, no te reprimas, porque piensa que algún día serás ancianita y probablemente, estas preocupaciones te parecerán banales al lado de toda una vida.
    Y ahora, a mover ese cu-cu! Que la vida son dos días!!

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  3. Yo creo que tus diablillos son un mecanismo de defensa natural que tiene cualquier ser humano que tenga sangre en las venas y viva la vida. Es una forma de evitar sentir un daño, sea cual sea.

    Esto es una putada, lo sé porque mis diablillos me hacen estar a la vez más curtida y más recelosa, por tanto no disfruto lo que me ocurre con la ingenuidad y la luz rosa con la que viven todos aquéllos que desconocen los posibles peligros de algo (un claro ejemplo son los niños). No obstante, no me queda más que asumir que es experiencia vital que va conformando la adulta que algún día seré (no me considero adulta aún y mi autoestima está tocada estos días).

    Volviendo a ti, la pregunta implícita que te haces es... ¿me doy el permiso para enamorarme? Yo creo que eso no lo puedes decidir tú si decides arriesgar. Esto es como un negocio, pero a lo sentimental. Se arriesga para ganar (amor), pero si pierdes… pues llorarás por el esfuerzo y la ilusión perdidas, pero... ¿cómo podías saber si iba a funcionar si no te metías de lleno en el mercado que explotabas?

    Elena, tú no eres de piedra, y por mucho que te digas "voy a ir lento, no me voy a enamorar, voy a tener cuidado..." dudo mucho que lo consigas, porque, desafortunadamente, no podemos programar los sentimientos.

    Yo creo que lo único que puedes hacer por ti misma es observar y tratar de no filtrar la realidad a través de tus deseos, es decir, que veas a tu pareja como es en realidad. Es complicado y difícil cuando se está enamorada, pero si te lo propones y eres honesta contigo misma, seguro que serás capaz de vislumbrar a tiempo si está hecha para ti o no. Lo de “a tiempo” quiere decir antes de que tomes decisiones en común importantes, no antes de que no vayas a sufrir por la pérdida si esta se produjera, porque sufrir, se puede sufrir lo indecible hasta por un rollete de dos días.

    En cuanto a los engaños y demás cosas que temes, nadie está a salvo de ellos, y lo único que podemos hacer es pensar lo menos posible para no volvernos paranoicos, pero sobre todo, tener presente que cuando alguien está a nuestro lado es por algún motivo, y averiguarlo a través de la observación y el conocimiento de nuestro partenaire nos puede ayudar a vislumbrar qué dirección toma la relación.

    Un beso muy grande.

    Ana

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