sábado, 27 de febrero de 2010

La organización americana

Hi girls!

Os escribo desde esta fría Indiana, concretamente desde el condado de Tippicanoe (me enteré el otro día de que vivo ahí), para seguir relatándoos cosas que me llaman la atención. La primera es la enorme biblioteca con la que cuenta el campus de Purdue. Ya sé que era algo previsible, pero es que, en cada planta, hay punto de información donde una bibliotecaria te atiende (hablamos de 4 plantas), y todas ellas tienen UN PLANO para ayudarte a encontrar los libros, porque si no, es imposible.

Lo mejor de todo es que, además de tener quinientos mil ordenadores con conexión a Internet, también cuentan con salas de estudio en grupo. Esto quiere decir que los americanos no necesitan quedar en casa de unos y de otros para hacer un trabajo. Se meten en una sala de estas (en la planta que estuve había 5 ó 6), y ahí tienen una mesa grande, varias sillas, y una pizarra blanca para escribir con rotuladores, donde pueden estar ilimitadamente ¡Ah! Y el mobiliario está muy cuidado y muy nuevo.

Pero, como todo, la gente no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y se ve que estos chicos no aprovechan mucho tal despliegue de medios (al menos, lo de los primeros cursos), porque me han contado que, en una presentación de power point que hicieron el otro día en clase, dijeron que España descubrió Europa, en vez de América, y se quedaron tan panchos (además, dibujaron un mapa y todo). Y aquí viene otra mejor: En otro examen, han puesto que "Miguel De Cervantes conquistó España?"

Y hablando de los alumnos, al parecer la mayoría de ellos colaboran en cosas de voluntariado, sobre todo en las parroquias, y no es que haya fanatismo religioso ni mucho menos, pero en más de una redacción, donde se les pedía que hablaran de su héroe, los profes se encontraron con alguno que decía que era Jesucristo, una opción muy respetable si dejamos aparte que escriben como si estuvieran predicando (he tenido la oportunidad de leer una y parecía que nos quisieran convertir).

Además de lo que os cuento de los alumnos de español, (que según me han dicho son muy educados y fácilmente manejables, pero que no estudian ni a la de 3), hay más cosas que quiero relataros.

Formas de pago

Anoche, por ejemplo fui al cine a ver una peli, la de Pierce Jackson. Es malísima y muy adolescente, pero no me importó, porque yo fui para hacer ejercicio de oído y la entendí ENTERA. Había mucha gente jovencilla haciendo cola, y al pedir palomitas pude comprobar, cómo no, que estaban rebozadas con mantequilla. Unas cuantas están bien, pero un cartón entero te embotan el estómago, aunque he de reconocer que están buenas.

Después de eso fuimos a un bar. Esta vez a un lugar más adulto, y quizás por eso no nos pidieron el pasaporte para servirnos alcohol. Bueno, he de decir que yo no tomé porque no quiero que me baje las defensas (ahora que me empiezo a curar no voy a estropearlo), y en un bar de noche, una coca cola grandísima me costó dos dólares, lo cual está muy bien. Pero he aquí el detalle: la forma de pagar. La tarjeta de crédito es la gran estrella.

De hecho, en los sitios están tan acostumbrados a que la utilices que te preguntan si quieres dejar la cuenta abierta. Esto quiere decir que se quedan con tu tarjeta, y durante el tiempo que estás, ellos van sumando todo lo que te pides, y cuando dices de cerrarla, te lo cobran todo junto. Pero es que lo de la propina es un cachondeo, porque os vayáis a creer que los camareros van a renunciar a ella.

En el ticket, antes de que pagues, hay abajo una línea para que, si lo deseas (vamos, que socialmente estás obligado a hacerlo), escribas la cantidad que quieres dejarles. Normalmente he visto a la peña dejar un dólar o un dólar y medio, lo cual a mí, que soy antipropinas, me parece una pasta, y entonces te pasan la visa con lo que te ha costado las copas y con el dinero extra que, a tu voluntad, les quieras dejar.

Atención personalizada
Otra cosa que me sorprende es la exquisita educación de la gente por aquí, al menos en apariencia. Dicen de nosotros, los españoles, que somos muy bruscos hablando, y estando aquí y viendo cómo te tratan lo puedo entender, porque, por ejemplo, cuando he ido de compras, siempre te sueltan un rollo al final: "Muchas gracias por haber comprado en nuestro comercio. Esperamos verle de nuevo muy pronto". Y los dependientes, en cuanto te ven, en vez de hacerse los longuis, se muestran solícitos para ayudarte. Lo mismo pasa en los bares de copas, y lo mismo en los restaurantes. Supongo que es algo parecido a la educación inglesa: el "gracias" y el "de nada" siempre están presentes. Igualito que en uno de nuestros chiringuitos en verano, ¿no? JAJAJ. Bueno, yo me conformo pensando que ellos jamás tendrán nuestra cocina, que estando tan lejos cada día me parece más exquisita.

Pero eso que os he contado no es lo único. Cuando vas a cualquier sitio a preguntar algo te escuchan como si tuvieran puestos sus cinco sentidos. Esto me ha pasado preguntando por cursos de inglés, en el médico, en el banco... No te interrumpen cuando hablas, te responden pausadamente, y lo mejor de todo es que, si ellos no te pueden ofrecer lo que tú estás buscando, casi siempre tratan de facilitarte alguna información, o al menos un punto de referencia por donde empezar a buscar, como por ejemplo un número de teléfono.

El estilo
Para terminar el post, otra anécdota cotidiana. Esta vez se trata de la forma de vestir de las americanas de a pie. La población joven en general va muy bien. Todas las chicas llevan sus botas por fuera del pantalón por lo de la nieve y el frío, y más o menos van monas (recordemos que por arriba las cosas de Purdue siguen siendo la estrella), pero cuando salí por la noche también vi muchas camisetas escotaditas, vestiditos... No obstante, hay que tener en cuenta que estos es un campus donde hay gente de todos los sitios, o al menos es gente que estudia. Vamos, que no son de la América profunda, eso es lo que quiero decir.

Por eso, las que me sorprenden son las mujeres más mayores, esas que ya se acercan o pasan los 40. Mientras esperaba aquél día en el médico vi entrar a dos, y ambas vestían un chándal y llevaban el pelo súper mal arreglado, pero la que de verdad era para haberle hecho una foto es la profesora de inglés que conocí el otro día.

Imagináos a una mujer enorme, con el pelo negro, peinado con la raya en medio, con algunas canas, y recogido en un moño bajo detrás (pero muy mal hecho), con dos palillos chinos de color rojo. Para combinarse los complementos, se había puesto una sudadera roja súper antigua, sin ningún adorno, pero muy basta, y una falda vaquera larga y lisa por encima con la sudadera por dentro, y cuya cinturilla era rizada, porque era de elástico.

Debajo, llevaba unos pantalones de chándal color crema con patente en el tobillo, y para culminar el look, calcetines blancos con unos zapatos de cordón color café muy claro, parecidos a esos que se llevaron un tiempo tipo para jugar a los bolos.

En fin... Ya sabéis que si queréis poneros algún día toda vuestra ropa a la vez (cuanto más antigua mejor), este es el sitio idóneo para hacerlo.

Yo me despido ya con este post, pero no sin pediros antes que, por favor, no dejéis de contarme todas vuestras novedades, porque os echo mucho de menos.









jueves, 25 de febrero de 2010

Tratos especiales

Como prometí ayer, aquí va un post cortito sobre cuestiones socioculturales que es muy importante tener en cuenta si quieres enseñar en un aula americana:

Población afroamericana
Si hay una minoría en los EE.UU que, al parecer, es susceptible al vocabulario políticamente correcto, es la de los African American. Y lo digo así porque de esta manera es como ellos quieren que los llamen. No valen, con sus correspondientes traducciones al inglés, los términos "negro, negrito, de piel oscura, de color" y ni siquiera "mulata", porque se ofenden. Cuando describas a alguno tienes que decir que es African American y punto. Ya no puedes hacer más referencias a sus características físicas.

Por otro lado, al parecer, el trato con ellos es bastante difícil. Me explico: no puedes ser excesivamente amable porque se piensan que los estás tratando con condescendencia, pero tampoco puedes ser borde porque entonces los estás discriminando por ser African American. Volviendo a la condescendencia, un ejemplo de algo que podría molestarles mucho es que un profe dijera "tengo a una negrita muy graciosa en clase, pero a la pobre le cuesta mucho entender los ejercicios, aunque se esfuerza mucho. Si sigue haciendo tareas extra le subiré un punto al final". Esto, al parecer, sería una grave ofensa, pero realmente, ¿qué diferencia hay con el profe que aprueba a una niña porque es buena, porque es rubita, o sencillamente porque se esfuerza? No lo sé. Me gustaría preguntarle a una African American.

Población BGLT
Ser homosexual no es precisamente una moda aquí, en los EE.UU. Al menos, en esta parte, y quienes lo son suelen disimularlo bastante. De hecho, pueden perder a muchos amigos si se confiesan gays.

Para referirse a ellos también hay un trato especial. Y este pasa por poner la inicial del colectivo al que pertenecen. Es decir: B de bisexual, G de gay, L de lesbiana, y T de transexual. Su trato no está tan estigmatizado como el de los Afroamericanos, pero si los estadounidenses tienen la oportunidad, sustituyen la palabra por la inicial.

Otras cuestiones
Para terminar el post, os cuento algo cotidiano. Hoy ha sido el día más frío de mi vida, con-8 Cº a las 4 de la tarde. A las 10 de la noche, mientras volvía a casa con N, nos caía nieve helada en la cara, y me he calado el gorro hasta casi las pestañas. Es precioso ver nevar, pero mejor desde la ventana de tu casa. Y este frío tan fuerte me ha impedido ir a las clases de inglés, porque aunque está cerca el sitio, no tenía cuerpo para esperar el autobús en la calle.

Muchos besos!!!

miércoles, 24 de febrero de 2010

The experience goes on

Hello girls!

Lo primero, ¡qué envidia la fiesta de los 80! Estabais todas súper conseguidas (y súper guapas) y me entró morriña, así que cuando yo llegue tenemos que hacer la de primavera o la de lo que se nos ocurra, jajajaj. Bueno, a lo que voy: como siempre, algunas cosillas tengo que contaros, y como no sé por dónde empezar, lo haré por partes y desde el principio.

1. Mi primera salida 'en condi'
Este sábado salí por los bares de aquí, de West Lafayette, que tienen licencia de apertura hasta las 3 de la mañana. La música a mí me encantaba, porque no me pusieron ni flamencadas ni españoladas (de hecho sonaban mucho Beyoncée, Rihanna, Alicia Keys...), y las copas costaban 3 dólares, pero era irrisorio el alcohol que les echaban, así que ya te podías tomar 10 que seguro no ibas a pillar ni un puntillo. Aun así, me hizo ilusión que fueran tan baratas. Fuimos con los amigos españoles de N., y un amigo americano suyo de por aquí, y la verdad es que me lo pasé muy bien, porque son gente muy agradable, y me encantaría poder presentárosla. Ya les he hablado de vosotras, que lo sepáis.

Estos pubs no eran tan americanos como aquél que os enseñé en el Facebook. La decoración era normal, pero me gustaron porque eran AMPLIOS, no un lata de sardinas. He de decir que, además, estaban llenos de gente alta, sobre todo hombres. Eso sí, los chicos sobre todo estaban fondoncillos, pero hay muchos con rasgos agraciados.

Y hablando de hombres, ¡ligué!Y lo mejor es que N. estaba delante. Fue gracioso, porque me acerco a la barra a pedir y había un grupillo de tres (por cierto, con sudaderas de Purdue), y uno empieza Do you asjoash ofhosafo sdfosd, you know, asjfajsfjasfjsa? Y le digo en inglés: "Perdona, es que soy española, y con la música tan alta y que me hablas muy rápido, me cuesta entender lo que me dices". El chico se quedó cortado (pero yo se lo dije sonriendo y todo, en serio), y me respondió "ok, ok".

Entonces, al ratillo, me toca el hombro y me dice (muy educado) "Oye, seguro que eres española?" (Y creo que me lo dijo porque se pensaba que le mentí para que me dejara en paz) Y le digo "¡sí claro". Se miran entre ellos y me pregunta "¿Y por qué vienes a Indiana???" Entonces le expliqué todo el tema de N. Luego, uno de ellos le hizo un comentario por lo bajini al que más hablaba, y este me transmitió el mensaje: "Mi amigo dice que estuvo en Méjico el verano pasado". Y como vio que yo me quedaba esperando que me contase algo más, me suelta "Ah, espera. Méjico no tiene nada que ver con España, ¿no?" Y cuando le dije que no, se quedaron cortados y ya no hicieron más esfuerzos por hablar.

Después de los bares de copas (donde por cierto la gente no baila, solo habla y bebe), nos trasladamos a un bar que esta abierto toda la noche (pero es más como una cafetería para sentarte), y donde puedes pedirte sangría y cerveza, además de nachos con queso y porquerías de estas que comen esta gente. Y he aquí donde viene lo curioso, porque nos sirvieron todo lo que pedimos (olvidaba decir que antes de entrar en los sitios te miran el pasaporte para comprobar que tienes más de 21, y si es así, te ponen una pulsera como las de los todo incluido que ponen "age verified)"; pero de repente, a las 3.30, cuando llevábamos solo media hora y no todo el mundo se había tomado su cerveza, los camareros se pusieron nerviosos y nos obligaron o bien a bebernos las cosas a trancas y barrancas, o bien se las llevaban directamente. ¿Y por qué? Pues porque solo tenían licencia para servir alcohol hasta esa hora, y en cuestión de minutos, el bar, que tenía cachimba y todo, pasó a ser una auténtica tetería, con tazas de té y café en las mesas.

Y fue entonces cuando los amigos de N. decidieron que tenían hambre y nos llevaron a una hamburguesería que no cierra nunca. Los camareros, en vez de trabajar, era como si hicieran una coreografía metiendo las hamburguesas en paquetitos para dártelas (era autoservicio), y rebosaban energía, a pesar de ser tan tarde. N. y yo no teníamos hambre y me dijo de pedirnos unas patatas fritas a medias, pero cuando vi dónde las hacían se me quitaron las ganas y ni las probé. Resulta que tenían unas freidoras llenas de un aceite de color amarillo verdoso con aspecto más que grasiento (como si fuera de un coche), y me dio mucho repelús, y luego, observando los materiales que tenían, me di cuenta de que era aceite de cacahuete. Pero ni por esas las probé.

Más tarde, después de la re-cena, nos fuimos a casa, y no sabéis qué delicia NO OLER A TABACO (aunque en algunos lugares concretos sí se permite fumar).

2. Las compras
El domingo estuvimos de compras (aquí los centros comerciales solo cierran, como mucho, las fiestas nacionales), pero no hay nada destacable, salvo el mal gusto de algunas tiendas para los estampados y los vestidos de fiesta tan merdellones que vendían). Vi Levis de hombres a 32 dólares, pero íbamos con un poco de prisa y no pudimos pararnos a mirarlos muchos. Yo me compré unas Nike y N. dos camisetas de marca. No fueron lo que se dice baratos, porque hemos comprado lo que nos gustaba, pero comparados con los precios de España, nos hemos ahorrado prácticamente la mitad. Otro día iremos con más tiempo y ya os contaré cosas más detalladamente.

3. The International Center
Ya me he apuntado a cursos de inglés. Uno de ellos es de slang and idioms y conversación, otro es sobre cultura americana, y el tercero de intermediate writting. ¿Y sabéis lo mejor? QUE SON GRATIIIIIIIIIIIIIIIIIIS. Los imparten en un sitio que se llama International Center, y que no me pilla muy lejos de aquí. Mañana voy a mi primera clase.

4. El médico
He estado mala desde que llegué. Nada grave, pero no se me quitaba (era una infección de orina), pero me tomé un medicamento que me traje de España y no se me quitaba, y pasaban los días y seguía igual o peor, con una quemazón continua. Al principio decidí dejarlo estar a ver si se pasaba, pero hoy, después de mi décimo o noveno día, al ver que estaba como al principio (he empeorado mucho), me he asustado bastante y N. me ha llevado al médico (pagando, claro).

Me ha salido por un ojo de la cara la consulta, pero bueno, ya estoy tranquila, porque me han hecho un análisis y lo único que necesito es un antibiótico nuevo. La enfermera que me ha atendido primero se ha presentado y ha sido súper agradable, y luego, el médico, un hindú joven y de lo más atractivo, me ha prohibido que tome lácteos por la mañana y por la noche, o de lo contrario la medicación no hace efecto (nunca lo hubiera imaginado).

Pero lo curioso de la visita no ha sido esto, sino la forma de recetar: tú tienes que elegir a qué farmacia quieres que te envíen la receta, y el médico ha de mandar un e-mail autorizándote a comprar el medicamento. Una vez que llegas a dicha farmacia (generalmente integrada en un centro comercial), verifican el mail y en botes transparentes y con tu nombre y dirección, como los de la vicodina del Dr House, te ponen la cantidad de pastillas exactas que el médico ha dicho, de manera que no te pueda sobrar ni una para guardarla en casa, y el prospecto te lo imprimen y te lo dan aparte.

Mientras esperaba a que me preparasen mis botes con las pastillas (20 minutos han tardado), me he paseado por el centro comercial, y he descubierto que venden medicamentos para mujeres en la sección de higiene femenina. Se ve que la farmacia es principalmente para los que no se pueden comprar sin receta médica. Los demás se venden junto a las galletas, prácticamente.

En fin, toda una experiencia, la de hoy también. El balance sigue siendo el mismo: estoy muy contenta aquí, pero valoro mucho más a nuestros médicos bordes y feos que te regalan gelocatils si vas a urgencias. ¡Ah, y otra cosa! En todo el supermercado de hoy no he podido encontrar NI UNA SOLA VERDURA.

Bueno, tengo más cosas que contaros pero esto se alarga mucho. Mañana os contaré una cosa muy curiosa sobre la población "afroamericana".

Besoooooooooooos
















jueves, 18 de febrero de 2010

Vaya connazo!

Hello everybody!

Pongo connazo porque estoy en un ordenador americano y aqui no existen ni las tildes ni nuestra querida letra enne, y me siento un poco lela escribiendo asi, jajajaj.

Bueno, a lo que iba: durante el dia de hoy nos han cortado la electricidad en casa, lo cual esta muy, pero que muy mal, porque no podemos ni cocinarnos (todo va por vitro, microondas, etc.), y no se puede enchufar nada... Bueno, esas cosas que pasan cuando te cortan la luz (curiosamente si hay agua caliente).

Y os preguntareis por que. Pues bien: no tiene NADA que ver con falta de pago. Es que, despues de que los pobres N. y su compi C. lleven casi dos meses aqui, los de la cia. electrica se dan cuenta de que la factura de la luz esta a nombre de ambos dos, y solo puede estar a nombre de uno, o de lo contrario es ilegal. Entonces, ayer nos dejaron un aviso en la puerta para que llamasemos a la compannia, pero cuando lo vimos era un poco tarde y ya no nos cogian el tlf, y esta mannana, de repente, se ha cortado todo.

Entonces, tras llamar como unas 10 veces a la cia (no exagero) y conseguir que nos hicieran caso, hemos tenido que ir al banco para que una especie de notaria nos ponga un sello que diga que N. tiene una cuenta en ese banco y que el va a ser quien gestione lo de la luz. Lo que nosotros nos preguntamos es... No nos lo podian haber dicho antes, por tlf, por ejemplo? Han tenido que esperar hasta un dia antes para hacernos la putada?

Como imaginareis, tenemos un monton de cosas congeladas y no sabemos muy bien que hacer con ellas. N. y C. dicen de ponerlas en la nieve que ha caido en nuestro balcon para que se mantengan (y con el frio que hace aqui por la noche seguro que hasta se congelan), pero a mi me da miedo porque he oido que, si hay un punto donde se concentra el virus de la legionela, es precisamente en la nieve derretida, asi que cuando llegue a casa voy a llamar al apartamento de enfrente, donde viven unos guiris jovencillos, y les voy a pedir que nos guarden algo en su congelador.

Bueno, eso por un lado. Luego estan las cosas chulas de aqui (no todo van a ser contratiempos).

Resulta que para hacer las gestiones de la cia electrica ha de ser por Internet, y si no tienes te jodes, asi que hemos tenido que ir a la facultad de ingenieria de aqui, que estaba cerca del banco, para conectarnos en la sala de ordenadores. Pues resulta que en dicha facultad es donde estudio el astronauta Neil Armstrong (hay hasta una estatua en su honor), y lo que me llama la atencion es la cantidad de talleres y laboratorios que tiene.

Nada mas entrar habia una sala con cars desguazados (y no me refiero a coches, sino a los cars que se pueden alquilar para hacer circuitos). Luego, en las plantas superiores y edificios colindantes (como la facultad de Medicina), habia salas de rayos X para que los estudiantes hagan sus practicas e investiguen, y laboratorios con un monton de tubos y liquidos de colores como en las peliculas. En todos pedian que te protegieras los ojos al entrar porque se manejaban materiales muy peligrosos.

Luego, he visto un cartel que pedia a gente de Purdue para hacer un estudio sobre los beneficios de los cacahuetes durante tres semanas, y si te prestas voluntario, te pagan 150 dolares, lo cual me da una idea del presupuesto con el que pueden contar los investigadores para estas movidas (Imaginaos pagar 150 dolares a 100 personas para hacer UN estudio de UN solo tio. Y ademas, de una cosa tan tonta, jajajajaj).

Y hay otro detalle: aqui, todo el mundo esta muy orgulloso de pertenecer a una universidad. Tanto que la gente (sobre todo los estudiantes mas jovenes), va vestida con camisetas y sudaderas de merchandising que, sinceramente, cuestan un ojo de la cara para lo que realmente son. Asi que hoy, N. se ha empennado en regalarme algo para que me integre con el paisaje, y me ha comprado un pantalon de chandal que pone, en letras gigantes y cantosas, PURDUE, y una camiseta que tambien pone lo mismo. Me siento como si fuera a vender algo o hacer una promocion, pero por otro lado me parece muy gracioso.

Otro tipo de sudadaras muy comunes son las de las hermandades. Y que son hermandades? Pues esto es algo en lo que tengo que profundizar, pero de momento se que las de mujeres se llaman sorrorities y las de hombres fraternities, y mas o menos, segun me han contado, son algo asi como asociaciones. Ahi la gente hace amigos, organizan cosas, y hacen cadenas de favores. Esta mannana hemos visto un edificio gigante de una, pero no me dio tiempo a hacerle una foto para que lo veais. Solo se que, aqui, por ejemplo, una de ellas esta haciendo campanna para recaudar fondos para la lucha contra el cancer. Segun me ha dicho N., formar parte de ellas es gratis, y yo le he dicho "Y que hacemos sin estar en una?" A lo que me ha respondido "Principalmente es para los undergrads, nosotros ya no podemos" (los undergrads son los que no estan licenciados aun".

El caso es que esto me ha parecido muy de Gossip Girl, y ahora entiendo el motivo de que Bershka, Zara etc., cuando quieren vender ropa "trendy", te pongan tantas letras, numeros y movidas en las camisetas y sudaderas. Es porque imitan el estilo universitario a machete. Ah, y otra cosa! Investigando por aqui, he encontrado un salon de baile precioso. Te dan ganas de ser universitaria solo para que te inviten a una fiesta ahi. Tp le pude hacer fotos porque he entrado de extranjis, movida por la curiosidad (la puerta estaba cerrada) pero os prometo que le hago y os la mando.

Anoche tambien salimos por bares de aqui. Cuando pueda conectar el modem en casa y tenga de nuevo Internet las pondre en Facebook. Los sitios hacen justicia a su esencia americana. En uno de los que estuvimos conte 5 pantallas retransmitiendo diversos partidos de basket y futbol americano, y ya vereis el tamanno de las jarras de cerveza. Aqui es muy famosa la Miller, y hay carteles de esta marca por todos sitios.

En fin, que llevo un dia un poco duro pero no deja de hacerme gracia. Hemos comprado un monton de velitas para iluminarnos esta noche y C. y N. estan cargando sus portatiles para utilizarlos de lamparas.

Ya os contare como acaba todo esto. Si mannana escribo las ennes y las tildes es que todo va bien.

Besos a todas y os echo de menos. Cuando veo cosas vuestras en el facebook me pongo muy contenta.

martes, 16 de febrero de 2010

Detalles que me han llamado la atención

1. El gel y las cremas son más densos, pero no sé por qué. Mi crema de cara, por ejemplo, es más líquida, como todas las que utilizo en España. Sin embargo, la textura de estas cosas es distinta en los EE.UU.

2. Aún hay adornos navideños en las casas. Mientras venía ayer desde el hotel hasta aquí (hora y media de camino en minibus), pude observar muchas casas PRECIOSAS, pero con los árboles y las bolitas colocados en su interior.

3. Los cafés son gigantes y mucho más caros que un menú. Un moka de medio litro (no exagero), costó casi 4 dólares. Y por cierto, nunca lo sirven en taza. Siempre en vasos de plástaico.

4. Cuando se tose, hay que taparse la boca con el codo. No vale la mano. Se alarman y se piensan que les vas a pegar algo. Lo observé ayer.

5. Si estás en una cola para recoger las servilletas de tu menú, o el azúcar, o las cucharillas, espera pacientemente a que el de delante coja todo con parsimonia, eche su azúcar, remueva el vaso, y se vaya. Si te adelantas, coges lo tuyo y te marchas dejando al otro en su proceso, piensan que eres un maleducado.

6. Las alcachofas de las duchas son fijas en la mayoría de los sitios.

7. Las cocinas están equipadas con un triturador en el desagüe, para que no se atasque con los restos de comida de los platos.

8. Los baños de las chicas tienen una sala entera equipada con espejos y sillones para maquillarse. Luego hay una puerta, y pasas a la parte de los retretes.

9. Existe una sala con sillones dispuestos para aquél que necesite descansar e, inclusive, echarse una siesta.


Llegada a Indiana

Hola a todos!

Ahora mismo allí son las 4 de la mañana, pero aquí son las 10, y acabamos de comernos una tortilla de patatas (bueno, mejor dicho un revuelto de huevo con patatas fritas, fruto de seis manos tratando de cocinar a la vez el mismo plato), pero aun así, estaba muy buena y nos lo hemos pasado muy bien preparando la cena.

Como os decía en el anterior post, hay cosas que quería contaros. La primera es que, después de mi odisea para meterme en el avión, AL FIN! tuve una buena noticia, y es que el primer aviso que dio la sobrecargo fue "Sres. pasajeros, les informamos que la duración estimada de este vuelo será de 7 horas y 45 minutos, es decir, que tiene prevista su llegada una hora antes, así que buenas noticias para los pasajeros con vuelos en conexión". Como podréis imaginar, respiré muy aliviada.

Alivio que continuó con el aterrizaje, que llegó tal y como habían dicho, y que poco a poco, mientras esperaba una hora en la cola de inmigración, se iba diluyendo. ¿Y por qué? Porque me tocó el policía más lento de toda la aduana. Y encima, había una familia a la que le estaban denegando el acceso, y aquello no avanzaba, al contrario que las 10 colas restantes, que sí iban a buen ritmo.

Esto me llevó a hablar con mis compañeros de espera, es decir, tres italianos MUY GUAPOS y que hablaban español con los que estuve dilucidando qué cola sería la mejor para cambiarse. Al final, después de hora y pico, conseguí pasar la aduana (con otro policía, por supuesto.El que me tocó en un principio seguía a su ritmo), y me hizo las preguntas de rigor, me tomó la huella del dedo índice izquierdo y derecho, y me grapó en el pasaporte una hoja que tuve que rellenar y firmar jurando que no he secuestrado a niños, entre otras cosas, y sin la cual puedes tener problemas para salir del país.

Después, como iba perdidísima, me hice amiga de una negrita de mi edad guapísima a la que había visto discutir con un policía porque ella también iba a perder su vuelo a Chicago, y ambas dos nos ayudamos mutuamente a salir de aquél laberinto para encontrar el control (donde tuvimos que quitarnos los zapatos otra vez), y luego las puertas de embarque.

La azafata perdida
Cuando llegué a la mía no me lo podía creer. Estamos hablando de las 10 de la noche de España. Me senté e inspiré aire aliviada... Y cuando vi que la hora de embarcar llegaba y no nos decían nada, le pregunté a un negro que había allí trabajando qué pasaba. Su respuesta fue: se ha perdido una azafata, y hasta que no la encontremos no se puede hacer nada. Esta mañana la vieron pero ahora nadie sabe dónde está.

Creí que estaba de coña, y un pasajero joven que había a mi lado, indianense (y altísimo por cierto), me miró y nos descojonamos, pero no, no era broma. Nos metieron en el avión y el propio comandante dijo "estamos esperando a un miembro de la tripulación que se acerca en coche ahora mismo. Disculpen las molestias que esto pueda causarles". Y a los 20 minutos aparece una azafata rubia que no hizo nada durante el vuelo. Y por fin despegamos.

Inciso: Observé a los hombres que iban en el avión. Todos rebasaban con creces el metro ochenta (incluido un hombre sesentón), y TODOS tenían los brazos y el pecho súper desarrollados del gimnasio. Y todos, además, tenían pintas de macarras.

Llegada ¿triunfal?
Ya en Indiana (POR FIIIIIIIIIIIIIIIN) tras dos horas de vuelo (solo aquí conseguí dormir, en el de Madrid Filadelfia no pegué ojo), me rendí, porque me habían roto el mango de la maleta y no podía subirlo (y por tanto, no podía tirar de ella), y porque no encontraba el punto donde había quedado con N. Encima, una voz me llamaba por megafonía y no entendía dónde tenía que ir. Sabía que N. estaba con esa voz, y empecé a angustiarme, porque no paraba de dar vueltas (me hice daño en la mano de tirar de la maleta), y un moro con turbante amarillo y barba (no sé qué hacía allí), tuvo que ayudarme a bajar con ella por las escaleras mecánicas para no despeñarme.

Fue entonces cuando decidí usar mis armas de rubia desvalida y le pedí a un hombre de la oficina de US Airways que llamase al móvil americano de N. El tipo debió ver mi cara de cansancio, mi flequillo pegado a la frente, mi expresión crispada... Y amablemente llamó desde de la oficina. Y allí, a lo lejos, como una aparición, vi la silueta de N. acercándose a mí, y cuando lo tuve enfrente, hice esfuerzos por no echarme a llorar (sí, sí, es peliculero, pero volved a leed los dos posts juntos y entenderéis la tensión acumulada).

Él me abrazó, me dijo que estaba muy guapa y me besó. Ahí sí me sentí bien. Y ambos dos nos encaminamos hacia la zona donde venía a recogernos el minibús del hotel (ya no había buses para ir hasta West Lafayette y había que esperar al día siguiente).

Y aquí es donde viene lo gracioso. Tras esperar (¿cuántas veces se ha repetido este verbo a lo largo de los dos posts?) el minibús durante 10 - 15 min, aparece un negro de dos metros parecido a Morgan Freeman pero con el pelo blanco. Era graciosísimo, porque parecía que le hubiera nevado en la cabeza, y el tío era muy salao.

Animada yo por el reencuentro con N., y deseosa de hablar hasta con las piedras (no estoy acostumbrada a pasar tantas horas sin charlar con nadie), le pregunté que por qué a los de Indiana se les llama "Hoosiers" (existen varias explicaciones). Y lo dije así "husiers". El tipo empezó a reírse con unas carcajadas súper contagiosas, y me decía "I like the name you give us", y venga a reírse. Y cuando pudo parar, me dice "pero mejor llámanos huSHiers". Y entonces, N. cayó en la cuenta y me dijo "es que husier es el nombre de un bar erótico de por aquí, y también es como ellos dicen 'caballito'.

Total, que para decirlo perfecto hay que abrir un poco la "U" hacia "A", haciendo la "S" un poco "CH", y uniendo la "I" y la "E" en una "A". El resultado, para decirlo como un auténtico negraco de dos metros, es, casi, casi "hashars". Por cierto que me hizo una demostración de fuerza y se pasó volando la maleta de una mano a otra varias veces (y pesaba 22 kg).

Al final, N. y yo llegamos al hotel (donde una gitana americana, preñada, se estaba peleando con la dueña), y donde, a pesar de ser las 10 de la noche de allí (En España las 4 de la mañana), caí rendida, rendida en la cama tras una ducha reconfortante. Tan cansada estaba que N. intentó mantener una conversación conmigo y solo fui capaz de responderle incoherencias en sueños. Y entonces él se rió, apagó la luz, y me dijo "venga duerme, que falta te hace".





















lunes, 15 de febrero de 2010

Experiencias voladoras

Hi Everybody!

Una llegada triunfal como la que hice ayer se merecía un post, y allá voy para contaros al detalle algunas cosas que me han llamado la atención. Lo divido en dos partes, ¿vale? Si os cansáis de leer pasad al siguiente. Para empezar, yo estaba acojonada por el vuelo y tenía un mal presentimiento, y éste se confirmó cuando, en la cola de la facturación aparecieron tres tíos vestidos de algo parecido a curas (aunque no eran curas curas, eran de una secta), y se pusieron a rezar el rosario y a leer la biblia mientras esperábamos.

Por otro lado, mi facturación hacia Atlanta se hacía en una cola junto a otros pasajeros que iban a Nueva York, y ellos iban súper rápido, y la nuestra no avanzaba ni de coña. Delante de mí había un chico de unos treinta y tantos que se puso a hablarme de cosas insustanciales (qué conexión tienes, por qué irá tan lento esto, bla bla bla). El chaval, muy educado, utilizó sus encantos con una de las trabajadoras que estaba controlando la cola para sonsacarle información, y lo consiguió: le chivó que el vuelo se había cancelado y no sabían cómo recolocarnos a todos. Total, que ahí ya me puse bastante nerviosa, pero sentí alivio, porque se me quitó la superstición de que el vuelo a Atlanta se iba a caer al despegar (locuras mías, lo sé, lo sé).

Después, cuando me tocó el turno (hablamos de hora y media esperando), la chica de la facturación (tonta perdida), me dice "mira, que tu vuelo se ha cancelado, que si quieres mañana sale otro". Y le digo "ni de coña. ¿No hay otro hoy?" Y me dice "no sé". Y yo "pues mira con US Airways porque sé que ellos vuelan a Indiana, inútil". La chica lo miró y me envió corriendo a la cola de esta compañía. Por cierto, no me dio información sobre el nuevo vuelo, y cuando miré el billete vi que tenía una escala cortísima, con lo que me arriesgaba a perder el vuelo de Filadelfia a Indiana.

Total, que llego, y había otra cola del carajo, pero esta iba más rápido. Tras aguantar preguntas de seguridad estúpidas y hablar con un tío fashion perdido (pero no gay) que iba detrás de mí, (lo mismo: tienes conexión? ¿a ti tb te han recolocado? bla bla bla... ) llego POR FIN, al mostrador, y un chico muy amable me dice "oye, te han hecho esto mal. No te puedo facturar. Tienes que ir hasta nuestra oficina". Y como vio que tenía que tirar de mi maletón de 22 kilos más la de mano, él mismo se salió del mostrador, me buscó un trolley y me indicó dónde estaba la oficina.

Llego allí, me hacen lo que quiera que fuera, y vueeeeeeelvo a la cola, aunque me la pude saltar. Esta vez me toca una tía. Me dice "¿tú has rellenado por Internet la autorización para entrar en los EE.UU? Y le digo "sí, claro". Y ella "pues está mal. Hasta que no la hagas de nuevo no te puedo facturar" (todo esto de malísimas formas). No sabéis lo que me entró por el cuerpo.

Me tuve que ir a una especie de ordenador que hay en los aeropuertos, que vale 1 euros 15 min, y cuyo teclado es diferente al de un pc normal. Estaba tan nerviosa que las manos me temblaban. Tenía la boca seca. Y encima, no sabía cómo concentrarme en la página y vigilar las maletas. Afortunadamente había una familia y les pedí por favor que me ayudaran. Estaban dispuestos a darme el euro y todo. Gracias a ellos pude hacer de nuevo lo de la autorización(no sé qué es lo que falló), y me apunté un código de 16 dígitos que llevé de nuevo al mostrador. En esta ocasión estaba el chico de antes y ya por fin facturé.

Después pasé dos cacheos personalizados, un registro completo del bolso de mano, y luego... ENTRÉ EN EL AVIÓN. Estaba tan cansada que no me preocupó que se pudiera caer. Solo quería que despegara.

FIN PARTE I

miércoles, 3 de febrero de 2010

Donde cabe uno caben dos.

Ayyyy!!! hoy me he puesto tierna, con lo más tonto del mundo, el anuncio del Ikea, y es que es mi aspiración no secreta. Se que soy una "ñoña" a lo mejor, pero el anuncio describe muy bien, la ilusión, los miedos y la emoción que implica comenzar una vida en común, hacerle un hueco a tu pareja en tu vida y compartir la cama y el armario.

Yo he vivido esa situación, ese comienzo, y lo recuerdo como algo muy bonito y feliz, con sus pequeños miedos y dudas, porque realmente una pareja se "testea" levantandose y acostandose cada día juntos, pero cualquier pequeño miedo se ve superado por la ilusión que supone empezar una vida en común con la persona que quieres.

En fin algún día aparecera mi "compañero de vida" y volveré a experimentar de nuevo esa ilusión, mientrs tanto os dejo el anuncio, por si alguna no lo ha visto.

Xo Xo (Ñoñi Girl)

E.M.