miércoles, 14 de abril de 2010

Hombres valientes, Hombres cobardes.

Cuando tenía 20 años, una tarde de verano iba con unas amigas por calle Granada cuando un desconocido me paró, era un chico de la facultad que acababa de terminar quinto (yo habia terminado segundo) y me decía que se había fijado en mi desde que entré, y que dado que ya no volvería a la facultad no quería perder la oportunidad de hablar conmigo y pedirme el teléfono para tomar un café algun día. Yo fui amable y simpática pero no le di mi telefono, porque a mi no me gustaba nada ese chico, y para qué alargar la historia, también yo era más pava, pero aun así creo que hice bien.
Desde que ejerzo, me lo he encontrado varias veces por el juzgado, y él sabe quien soy, y me mira, hace un año porque me estaba mirando se pego contra un cristal en el juzgado, pobre, que vergüenza tuvo de pasar.
Hoy mientras caminaba hacia el Juzgado absorta en mis pensamientos me lo he cruzado, me ha sonreido y yo le he devuelto la sonrisa, me ha dicho Adios, y yo le he respondido lo mismo.
No me gusta, ni nunca me gustará, pero me parece un HOMBRE VALIENTE.

Hoy también me he cruzado con mi ex, él me ha visto, y ha tenido su movimiento reflejo de mirar hacia otro lado, al reflexionar y ver que yo lo había visto, ha vuelto a mirarme, para decirme a lo lejos un tímido "Hola", no se ha acercado, ni siquiera un cortés ¿que tal? a pesar de que no hace mucho hablamos por telefono y le hice un favor por el cual no me dio las gracias.
Hay HOMBRES COBARDES, que siempre serán unos cobardes.

Esta misma mañana, ya en mi coche saliendo de Teatinos, he visto a lo lejos un grupo de hombres andando por la calle, y todos los años de observación en la Facultad me han permitido distinguir esa figura y esos andares sin lugar a equívoco, era Rafa, creo volvía de desayunar con unos compañeros hacia el juzgado.
Rafa me recuerda mi cobardía, con él he sido una mujer cobarde. Espero algun día cruzarmelo por la calle y sacar el valor que sacan las MUJERES VALIENTES y quitarme la espinita que llevo clavada desde hace tantos años.

E.M.

jueves, 8 de abril de 2010

Rodando como una Noria

Hoy estoy en plan Camilo Sesto, pero con salvedades, ni me he enamorado de nadie, ni nadie se ha enamorado de mi, pero últimamente llevo una rachilla de chico que conozco que me atrae, amigo feo que se fija en mi, es matemático.
Tampoco me voy a quejar mucho, porque soy consciente de la dificultad que entraña gustarle a quien te gusta, porque claro para gusto los colores, ya se sabe. Yo no me desanimo, porque bueno siempre el gustarle a alguien, aunque sea el amigo feo-simpático, te sube algo la autoestima, pero claro, al lado ves al amigo tan moooooonoooo y piensas ¿¿¿y no podría yo gustarle al otro????.
No pretendo parecer superficial y hacer pensar que sólo me fijo en el físico de la gente, pero es indudable que cierta atracción física debe existir, y cuando no hay nada de química es imposible sacarla. Después realmente lo que te seduce no es un físico espectacular, es una mirada, una sonrisa, un verle algo que le da ese punto misterioso o interesante, y como a cada una le seducen cosas distintas, no a todos nos gusta el mismo, afortunadamente, hay pluralidad de gustos.
Lo peor de todo llega cuando el amigo que te mola, encima pretende hacer de celestino, porque claro, tu no dejas de tener tu pequeña esperanza de seducirle y no quieres parecer una cabrona sin corazón y borde, pero por otro lado quieres dejar patente que sí, su amigo es un tipo estupendo pero que a ti la verdad no te va el amigo.
Aún así yo creo que lo del guapo es una causa casi perdida porque, por compañerismo y colegueo, probablemente, en el hipotético caso en que le despertara cierto interés no haría nada, o quien sabe a lo mejor si se ve con posibilidades se lo replantea…
En cualquier caso, el que más me motiva a mi últimamente pasa totalmente, sin embargo, el otro guapito me ha propuesto almorzar la semana que viene, pero yo que estoy pesimista me estoy pensando que a lo mejor se planta con el amigo menos agraciado; si no lo hace puede que haya cambiado de opinión, pues en su día cuando nos conocimos algo de flirteo sí que hubo... Pero no se, tras la conversación por teléfono del otro día perdió algo de encanto, ya veremos como va ese almuerzo y opinaremos con más conocimiento de causa.
E.M.