Maria deshace su maleta, encima de la cama.Se aloja en una pequeña pensión de la costa, hasta que encuentre un apartamento donde vivir una temporada, alejada de su vida cotidiana.No ha llamado aún a sus hijos, y se recrimina por ello. "Esta tarde mismo llamo a mi hija y le digo que estoy bien, y que en unos días le mandaré una postal de la playa", se dice a si misma .
Se ha traido solo lo justo, así que piensa " tengo que comprarme modelitos nuevos ahora que comienzo mi nueva vida, y empezar a buscar empleo en los anuncios por palabras; quizás haya alguna oferta para cuidar ancianos, eso se me da bien, llevo toda la vida cuidando de los demás, no puede ser muy dificil, y encima me pagarían por ello".
"La habitación de la pensión está un poco desvencijada, pero al menos estaba limpia, y ordenada, para unos días estará bien", pensó María.Abrió la maleta, y lo primero que sacó fue una foto de sus hijos, de cuando eran pequeños, "estabamos todos de veraneo en benidorm, qué tiempos más felices"...y una lagrima furtiva recorrió su mejilla.
"Basta de melancolías, hoy es el primer día de mi nueva vida..."
E.G.
Creo que muchas madres podrían sentirse en algunos momentos de la vida identificadas con este relato. Te está quedando precioso. Pásanoslo en word cuando esté terminado. :)
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