sábado, 19 de junio de 2010

Sudar la camiseta

Adoro hacer deporte. Últimamente se ha convertido en mi actividad principal y en el motor que me anima cada día. Estoy totalmente enganchada a esa sensación de llegar a casa y saber que has trabajado duro por sacar lo mejor de tu cuerpo, y cuando se trata de juegos en grupo, también de tu mente, por aquéllo de la estrategia.

Este interés mío por la actividad física ha conllevado, además, a que me interese más este año por el mundial de fútbol. Y de repente me parece muy bonita la idea de que cada país tenga su selección además de miles de aficionados que siguen sus pasos en estos enfrentamientos. Claro que también está la otra cara de la moneda, como por ejemplo los somalís, a quienes, según una noticia publicada en El País, un grupo de islamistas radicales les ha prohibido ver el fútbol so pena de latigazos e incluso la muerte. Pero no quiero centrarme en estas locuras tan tristes.

Mi intención es hacer una pequeña oda al deporte, sea cual sea, y a dar mi enhorabuena a aquellos que se esfuerzan, a pequeña escala, por mejorar su condición física día a día, ya sea corriendo más minutos en la cinta, levantando más pesas, o tratando de devolver las pelotas que vienen complicadas en la pista de pádel. En resumen, a aquellos que han encontrado en esta actividad una vía de escape al estrés, al mal humor, y a crear tensiones inútiles entre sus allegados.



2 comentarios:

  1. Hola guapa, he de confesar que envidio tu amor por el deporte, yo lo de practicarlo me aburre y carezco de capacidad de sacrificio, el gimnasio es para mi más una obligación que un placer, pero bueno, seguro que después del descansdo veraniego lo recupero con mas ganas... espero jejeje. Aunque he de confesar que en parte te comprendo, porque he descubierto un deporte que me ha enganchado. En cualquier caso, sigue disfrutando de tu afición que además de sana te hace mantener el tipazo que tienes!!!

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  2. ¡Vaya! Ese post parece salido de mi teclado, pero no es así.
    La verdad es que la afición por el deporte va muy ligada a la forma de ser de cada persona.
    Y también depende mucho de qué entendamos por deporte, porque hacer deporte puede ser una actividad divertida y satisfactoria o una actividad masoquista, según quien lo practique y cómo se tome las cosas en la vida.
    No me voy a poner a repetir lo que ya todos sabemos de que las artes deportivas eran parte muy importante en los sistemas educativos de la época Clásica y esa gente sabía bien lo que se hacía.
    El ejercicio como forma de expansión, de desconexión, de relaciones sociales, de descarga de adrenalina, de obtención de flexibilidad, elasticidad y capacidad coronaria y pulmonar me parece positiva y beneficiosa, casi necesaria para todo el mundo.
    Como vía de escape no tiene precio.
    También creo que, además de poder ser placentero (una carrerita o una caminata ligera por la playa al atardecer, un largo paseo en bici o un partido de tenis/pádel/baloncesto) es una buena forma de entrenar la voluntad, porque si te comprometes contigo mismo a unos objetivos alcanzables, a superarte un poquitín más cada vez, y cumples, no solamente sientes que puedes controlar tu cuerpo sino que también puedes ser capaz de prácticamente todo lo que te propongas y te fortaleces para enfrentar otras tareas o problemas cotidianos, como estudiar, madrugar, hacer tareas de casa, echarle paciencia al trabajo, bregar con la familia,...
    Sobre todo, tiene que gustarte, es como quien quiere mejorar su aprendizaje de un instrumento musical, pongamos el piano o la guitarra: si le dedicas unas tres horas a la semana, seguro que mejoras la técnica y sabrás tocar mejor, y seguro que si te comprometes a hacer esas tres horas semanales, reforzarás tu voluntad. Y si te gusta, casi no hará falta esfuerzo de voluntad.
    En fin, sé que me he enrollado mucho con este tema, pero como me he sentido bastante incomprendida en mi afición deportiva, aprovecho la "cancha" para explayarme.
    Distinta es la "obsesión" por tener un cuerpo 10 o por querer "triunfar" poniéndonos metas absurdas.
    Al final, lo que pienso es que uno debe de hacer lo que le gusta, sea puenting, rafting, ajedrez o tumbing, y pasar de la opinión de los demás.
    Ni se debe intentar convencer a la gente de que haga ejercicio o se "contagie" del propio espíritu de superación, ni, tampoco, se debe criticar al que disfruta pedaleando al ritmo de música Techno mientras cuenta los latidos de su corazón o madruga para correr en solitario y respirar la tranquilidad sin coches ni gente por el paseo marítimo o la montaña.
    No puedo con la gente que se cree que sabe lo que es lo mejor para los demás. Si alguna vez me comporto así, dadme un pescozón.
    :-)

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