lunes, 1 de diciembre de 2008

El arte de Abrazar


Hay cosas obvias en la vida que no valoras o aprecias hasta que un día de repente te das cuenta de que algo en apariencia insignificante te proporciona, consuelo, tranquilidad, comodida o alivio. Me he dado cuenta de que conoczco a una persona que resulta ser un gran "abrazador", normalmente valoramos en las personas otro tipo de actitudes, que sea buen besador, cariñoso o atento, pero el tema de los abrazos queda olvidado. Se que es insignificante direis, al fin y al cabo que te supone un abrazo, pero si te paras a pensar ¿cuando fue la última vez que abrazaste a alguien? ¿y que te abrazaron?.

Los abrazos son escasos, abrazas a quien hace mucho que no ves y te da alegria reencontrar, si es un simple reencuentro sólamente das dos besos, de esta forma el abrazo desvela más de nuestros sentimientos de lo que realmente pensamos, incluso diría que ocasiones un abrazo demuestra mas cariño de lo que pudiera hacerlo un beso. No se si la calidad de un abrazo recibido depende más del que lo da, o de tus sentimientos hacia él. Pero en cualquier caso un buen "abrazador" sabe cuando necesitas ese abrazo y abre sus brazos para que te refugies en ellos, proporcionandote en ese instante alivio a tu pesar, tu problema no desaparece por ese abrazo, pero con ese simple gesto te sientes comprendido, apoyado y querido, y tu preocupación se siente acompañada.


Así pues desde aqui reivindico el poder de los abrazos, y le doy las gracias a mi "abrazador" por ellos, porque me aportan más de lo que él se figura.


E.M.

2 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo, Elena. Los abrazos son muy, muy significativos, y tienen un poder curativo y de enganche con la otra persona muy fuerte.

    Me gusta tu post. ¡Vivan los abrazos!

    Fíjate hasta donde llega la importancia de este gesto que hay cursos de abrazoterapia.

    Un abrazo virtual muy fuerte.

    Ana

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  2. Hay abrazos malos:

    Los que uno imagina cómo serán, pero nunca llegan.
    Los que uno da pero no son correspondidos.
    Los que deben darse a escondidas.
    Los que uno se guarda por temor.

    Sin embargo, basta el abrazo auténtico de un amigo o una amiga, para compensar con creces esos otros que os he dicho.

    A.L.

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