domingo, 14 de diciembre de 2008

Esclavos de lo bueno

Vengo de la peluquería con el pelo súper liso y me paso dos días alejándolo de cualquier cosa que se parezca al agua para que no vuelva a su estado de encrespamiento natural.

Me compro un jerséy nuevo y sufro cada vez que el bolso, el abrigo, o el cinturón lo rozan más de lo debido.

Conduzco mi coche nuevo y si no encuentro el aparcamiento perfecto soy incapaz de dejarlo ahí estacionado, y, además, se me olvida cómo hacía yo para meter el anterior coche en cualquier hueco con tanta soltura.

Me regalan el perfume que más me gusta y sufro cada vez que me lo echo porque voy viendo cómo disminuye la cantidad, así que decido dejarlo solo para ocasiones especiales.

Paso de poner encima el vaso de agua en la mesilla de noche recién comprada porque si se cae la moja y la estropea.

Por fin encuentro un trabajo que me satisface, pero quiero demostrar tanto que valgo y lo merezco, que hago sobreesfuerzos para hacer ver que es justo que me dieran a mí el puesto.

Encuentro un hombre al que amo y que me ama y tiemblo cada vez que imagino que nuestra relación se puede acabar, y me pregunto qué sentido daría a mi vida si él se fuera de mi lado.

En fin... Es imposible separar la alegría de lo bueno con el miedo a perderlo.


Ana

2 comentarios:

  1. Leo tus palabras y me identifico totalmente, a veces el miedo a la pérdida nos impide disfrutar lo que tenemos, a mi me pasa en ocasiones, pero precisamente cuando realmente analizo lo que sería de mí sin ese obejto o esa persona, relativizo, porque la experiencia me ha enseñado que siempre hay vida cuando algo se acaba, tu vida cambia, es otra vida, pero siempre encuentras la manera de ser feliz con lo nuevo que encuentras. Con lo nuevo también surgen los miedos de pérdida, y es que algunos/as tenemos tendencia a aferrarnos a las cosas y a las personas. Mi consejo "Carpe diem", pero para que nos vamos a engañar, ni yo misma me lo aplico totalmente. Ayy.....

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  2. Como he cambiado mi perfume por una colonia barata, mi coche tiene más bollos que la panadería de la esquina, no tengo dinero pa ir a la peluquería, en mi trabajo por mucho que me esfuerce sigo siendo el último mono y no tengo ningún maromo a mi lado bien dotado, SOY FELIZ!! Porque todo lo que venga siempre será mejor!! jajajaja

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