martes, 16 de diciembre de 2008

EL ROMANTICISMO EN HORAS BAJAS


¿Porque las mujeres aspiramos al romanticismo si los hombres no son muy dados al mismo? ¿Qué poder superior y malvado nos ha metido esos conceptos románticos en la cabeza, sabiendo que es muy difícil alcanzarlos? No se si soy yo y mi entorno, o es algo común a todas las mujeres, a todas nos gustan los hombres galantes, atentos, cariñosos, que manifiesten sin ningún pudor su amor por ti, que te hagan sentir que tú eres especial, que te sorprendan cualquier día con un detalle, y no hace falta que sea una joya, un perfume o una flores, basta con que te compren una palmera de chocolate en tu confitería favorita sólo porque sabe que a ti te gusta, y tú con ese simple detalle sabes que él piensa en ti, que te conoce, que te quiere, y ya está. Quizás este ejemplo sea muy tonto, pero tal y como está el romanticismo masculino hoy día, creo que todas nos conformaríamos con que nos regalasen nuestras magdalenas favoritas con un lacito, de vez en cuando.

A las mujeres sin embargo nos gusta estar pendientes de los más mínimos detalles, saber que les gusta, que les hace ilusión, y como lo tenemos más en el pensamiento, cualquier chorrada que vemos nos recuerda a él y pensamos lo mono que estaría o la ilusión que le podría hacer. Aunque hay que reconocer que esa inspiración se pierde cuando vas a comprarle un regalo a propósito porque es un cumpleaños, unas navidades o un aniversario, en esos momentos sabes que se espera un regalo de ti y toda la presión del mundo recae sobre ese regalo, que pretendes sea el regalo ideal. Por eso a mi los regalos que más me gusta hacer son los regalos espontáneos, no se espera nada de ti y por tanto cualquier cosa que entregues es apreciada.

En fin, empecé hablando de romanticismo y he acabado hablando de regalos, y nada más lejos de mi intención que mercantilizar el amor, yo cambio cualquier regalo por una verdadera demostración de afecto.

Concluyendo amigas, me temo que los argumentos de las peliculas de Meg Ryan no existen en la vida real,y que quizás las tramas de sexo en Nueva York son mas parecidas a la vida real, pero con el handicap de que allí está la quinta avenida, y aquí Calle Nueva. Muy triste la verdad...

Elena M.

3 comentarios:

  1. Siento tener que contradecir tu opinión, aunque reconozco que yo estoy ahora mismo imbuida por el espiritu del enamoramiento absoluto, por lo que mi juicio no es del todo objetivo. Creo que el romanticismo no es patrimonio de un solo sexo, depende de la persona individual, conozco chicos que son mas tiernos que el día de la madre, y chicas que son más frías que un témpano de hielo. Creo que todos cuando nos enamoramos, en mayor o menor medida, tendemos a tener ideas romanticonas y nos gusta compartirlas con la pareja.Si quieres, para rebatir tu teoría nos tomamos un coffe y te cuento mis últimos momentos MEG RYAN.

    besotes

    E.G.

    ResponderEliminar
  2. Un cliente de la tienda donde trabajaba, que era el tío más gañán que te puedas echar a la cara y más apretado que las tuercas de un submarino, me pidió un día papel de regalo rosa para envolver el pastel favorito de su mujer, que acababa de comprarlo como regalo de aniversario. Me pareció tan mono que hasta acabé poniéndole un lazo y ayudándolo con la dedicatoria.
    A veces, y a esto quiero llegar, hasta los hombres acaban sorprendiéndonos con detalles de este tipo. El problema es que cuando nos enamoramos, hasta vemos bonito cuando ellos se rascan los huevos, y suspiramos mientras pensamos "ains, pero qué mono está cuando se toca los huevos con su manita, así..." jaja, y nos creemos que ellos nos ven a nosotras de la misma manera.
    Besotes

    ResponderEliminar
  3. Elenita, ¿qué te ha pasado?

    Los hombres, ante todo, son más simples que nosotras, menos retorcidos, menos.... complejos. Y a veces pecan de tontorrones, pero no es que no nos quieran. Luego tienen cualquier detalle tonto que hace que se nos caigan las bragas...

    Un beso y ya me contarás.


    Ana

    ResponderEliminar