sábado, 23 de marzo de 2013

LOS MISMOS TEMAS DE SIEMPRE


Hace ya unos cuantos días, casi un mes y medio más bien, a la vuelta de uno de mis paseos matutinos por el paseo marítimo (siempre y cuando las obligaciones lo permitan claro está), vi una chica de unas cuarenta y tantos que vive por mi zona y a la cual conozco de vista. Estaba parada con una amiga en un semáforo, ambas con sus respectivas bicicletas y en uno de esos momentos en los que uno busca información pero no cotillea me di cuenta que no importa la edad que se tenga ni que estemos en el siglo XXI al final los temas de conversación vienen a ser los mismos de siempre aunque obviamente a los niveles que cada edad requiere. 

A todos nos preocupan los mismos temas y depende de la importancia que le de cada uno, la lista será variable, obviamente. Lo que ni duda cabe es que en lo que a AMOR se refiere todos le damos una importancia amplia puesto que es uno de los pilares básicos de las personas junto a la familia. Pero también es verdad que a veces nos comemos la cabeza en exceso y le damos demasiada importancia a cosas que no se le deben de dar y a las que realmente sí se les debe prestar atención no le hacemos ni caso.



En este caso en concreto estas chicas hablaban acerca que el novio, pareja, amigo con derecho a roce o lo que sea que fuese ese hombre con respecto a ella, el caso es que según una de ellas él no sabía exactamente lo que quería y se seguía comportando como un crío de dieciséis años. Por lo que pude deducir tenían una relación sin “demasiados” compromisos y ya se vería según la relación o no relación que tuviesen como iba evolucionando el asunto. Aunque por lo visto él se comportaba como si ella le hubiese pedido algo no establecido previamente y no queriéndose comprometer puesto que no era lo que se supone que debían de tener.



En resumida cuenta una de las dos partes de la pareja no quiere admitir y evolucionar en su relación con la otra persona ya que se va más deprisa de lo que se creía en un principio, o bien porque no era lo “establecido” previamente, o bien porque no quería comprometerse o bien porque simplemente lo que buscaba sólo un rollo de una noche y listo. El caso es que ella estaba un pelín cabreada porque no lo entendía, ambos parecían tenerlo claro en todos los aspectos y por lo visto él habría cambiado de opinión y estaba un poco confuso.


¿Cuestión de timing emocional o cuestión de no saber lo que se quiere (al menos por una de las partes) o cuestión de no estar preparado para compartir el tiempo con alguien?. 



C. A. C.

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