martes, 25 de noviembre de 2008

Yo te soñé... (post pastel)

Vienes a mí y haces de mi persona lo que quieres. Me conviertes en una lunática que haría cualquier cosa por conseguirte. Me obsesionas con tu belleza y consigues que te persiga por donde quiera que vayas. Haces que pierda el aliento mientras trato de atraparte. Sabes que te quiero mío y que no estoy dispuesta a dejar que te marches.

Por eso me dejas que te roce con la punta de los dedos, pero cuando cierro las manos, te escabulles entre ellos.

Te me apareces como Todopoderoso pero eres frágil como el cristal. Cuando te arranco de tu mundo te marchitas, y lo único tangible que me dejas es el vacío que se apodera de mí.

Por eso ya no te persigo. Ni siquiera trato de alcanzarte.

Porque sé que la única forma de que no te desintegres es esperar a que te transformes.

Pero, mientras espero a que la Alquimia funcione, yo deseo que llegues fervientemente… Aunque solo sea a ratos.


Ana


PD: Este post no se refiere a ninguna persona. Sería algo así como un cuadro abstracto de los de mi hermana.

4 comentarios:

  1. Me ha encantado, Ana. Aunque dices que no se refiere a ninguna persona, creo que dentro de él hay parte de algunos que han dejado marca en nosotras, y que aún seguimos pensando porqué se empeñaban en seguir escapando...
    Muy bonito, hace tener melancolía
    Besitos

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  2. Muy bonito Ana , te diría que es poesía en prosa. Muy bonito, si señora.

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  3. Me ha encantado, ha removido por dentro sentimientos y emociones, y ahora que estoy sentimental....lo que me faltaba...

    BESOS.

    E.G.

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  4. ¡Hola a todas!
    Me alegra muchísimo que os guste este post. Temía que pareciera cursi.

    Lo escribí pensando en cada uno de los sueños que tenemos sobre cómo será nuestra vida: la pareja, los amigos, nuestra futura casa, los hijos, el trabajo...

    Y en cómo luego la realidad le quita el aura mágica a todo y lo moldea a su antojo.

    Lo que me llama la atención es que, a pesar de saberlo, seguimos viviendo y luchando por conseguir esos pilares que hemos ideado, y por los cuales estamos dispuestas a renunciar a lo que haga falta.

    Y todo ello sin garantías de que la realidad no los transforme en algo que no tenga nada que ver con lo que anhelábamos.

    Pero, aún así, no perdemos la fé.

    Y esa magia me parece increíble.

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